CORNADA DE LOBO
¿Y será san Kiko?
Francisco José Gómez de Argüello y Wirtz, nacido en León (1939), nieto de inglés, hijo de abogado y con una madre apellidada en suizo (ideal para su Franciscojosé de eco imperial austrohúngaro) ha logrado vencer los recelos que durante décadas ha tenido el Vaticano con su movimiento «Camino Neocatecumenal» al darles recientemente el papa Francisco respaldo escénico y bendición fervorosa a los 150.000 seguidores y proselitistas que acudieron de todo el mundo. En estas bases ha tenido que acabar buscando Bergoglio el apoyo eclesial que buena parte de la casta cardenalicia le hurta... y en los «kikos» radica hoy esa iglesia más laica que curil, carismática y guitarrera que tan buenos éxitos proporciona a las teleiglesias norteamericanas (los kikos están activos en 120 países y el número de adeptos supera el millón en unas 40.000 comunidades; seminarios y universidades completan su estructura).
De Kiko Argüello hablamos.
Juan Bedoya, periodista cántabro que ya es gran maestre de la noticia religiosa, viene a reconocer con su pizca de ironía que este leonés neocatecúmeno hace historia como el san Ignacio de Loyola de hoy... y quizá sea profético, hay lista larga de españoles fundando órdenes religiosas nacidas a toque de ¿antisistema? para cambiar lo viejo: santo Domingo de Guzmán y sus dominicos (mendicantes universitarios podemitas de entonces), santa Teresa y sus descalzas (pobreza radical feminista), san Ignacio y sus jesuítas (la espada y la cruz en un kit), san José de Calasanz y sus escolapios (dejad que los niños se acerquen a mí)... razón no le faltaba a quien bautizó a España como la «reserva espiritual de Occidente» tan citada en el franquismo.
El miedo que la Iglesia oficialista tiene a los kikos está en que van a su aire, comen aparte y chocan con algún obispo allá donde pitan; hay prelados y curas recelosos de su secretismo y su creciente poder. Y cuando dentro de cincuenta años beatifiquen a su fundador (es lo habitual), ¿se aupará al santoral llamándose san Kiko?... ¿y seguirá esperando entonces a verse un día como Leonés del Año?...