La natalidad trae de cabeza a León

Cada vez nacen menos niños en León. La tasa de la provincia es la tercero más baja de toda España, con 5,6 nacimientos por cada mil habitantes, sólo por detrás de Zamora, con 5,08, y Orense, con 5,4. La media nacional está en 8,37. El dato corresponde a la encuesta sobre Movimiento Natural de la Población del año 2017 ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) que pone de manifiesto la pérdida de población en toda Castilla y León, el segundo peor saldo vegetativo del país. El 31% de los nacimientos se produjeron en la capital (818).

Al descenso de nacimientos se une el aumento de defunciones. En la provincia de León mueren casi el triple de personas de las que nacen. En 2017 fallecieron en León 6.104 personas y sólo nacieron 2.633, es decir, el saldo vegetativo negativo de 3.471 habitantes. León es la provincia con el peor saldo vegetativo de la Comunidad y la tercera tasa con más defunciones de todo el país, con 13,4 fallecimientos por cada mil habitantes —en el año 2000 estaba en el 10,6 y en 1975 en el 8,6—, por detrás sólo de Zamora, con una tasa del 15,2, y de Ávila, con 13,4. La media nacional es del 9,05 fallecimientos por cada mil habitantes.

Las mujeres leonesas retrasan la edad de maternidad del primer hijo a los 31,4 años, casi dos años más tarde que en el año 2000. La tasa de masculinidad de los nuevos nacimientos está en el 98,94 (número de hombres por cada cien mujeres).

La esperanza de vida sigue creciendo. La media en León es del 83,6 años (81 los hombres y 86 las mujeres). Los hombres han aumentado su esperanza de vida en cinco años desde el 2000 y las mujeres, dos años.

De acuerdo a las condiciones de mortalidad del momento, un leonés que alcanzó los 65 años en 2017 esperaría vivir, de media, 19,5 años más si es hombre y 32,9 años más si es mujer.

Esta encuesta sobre Movimiento Natural de la Población refleja también el número de matrimonios contraídos en León, que en el año 2017 sumaron 1.427 uniones, el 73% ya son por lo civil y sólo 352 (el 24%) son por la iglesia católica.

En Castilla y León

Castilla y León contabilizó el pasado año 28.939 defunciones, frente a los 15.493 nacimientos, con lo registró el segundo peor saldo vegetativo del país, sólo por delante de Galicia. la Comunidad pierde 13.446 habitantes. Sólo superado por Galicia con -13.522.

La esperanza de vida en Castilla y León se situó en los 83,8 años, la segunda más alta del país junto a Navarra y sólo superada por Madrid con 84,5.

Las defunciones en Castilla y León aumentaron el 1,8 % el año pasado —la quinta mayor subida del país—, mientras la media nacional creció el 3,2,.

Respecto a los nacimientos, Castilla y León experimentó una caída del 7,1 %, el segundo decrecimiento más alto del país por detrás de Melilla (-7,1) y frente a la reducción del -4,5 del conjunto del país.

El saldo vegetativo (nacimientos menos defunciones) en 2017 fue negativo en once comunidades autónomas y positivo en las otras seis, principalmente en Madrid, Murcia y Andalucía, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

España registró en 2017 un total de 391.930 nacimientos, el número más bajo desde el año 1996, mientras que la tasa de natalidad se sitúa en 8,4 nacimientos por cada mil habitantes y es la más reducida de toda la serie histórica, que se remonta a 1976.

Los datos del INE ponen de manifiesto la pérdida de población registrada en España durante el año pasado, con un saldo vegetativo negativo de 31.245 personas.

El año pasado nacieron en España 391.930 niños, lo que supone un descenso del 4,5 % respecto al año anterior (18.653 nacimientos menos) y, desde 2008, año en que nacieron 519.779 niños y que fue el máximo en 30 años, el número de nacimientos se ha reducido un 24,6 %.

También desciende levemente el número de hijos por mujer, que se sitúa en 1,31 frente al 1,34 de 2016, mientras que la edad media a la hora de tener un hijo ha ascendido hasta los 32,1 años y es la más alta de toda la serie histórica.

Además, el número de mujeres entre 15 y 49 años (en edad de ser madres) se ha reducido hasta los 10,57 millones en 2017, de forma que continúa la tendencia a la baja iniciada en 2009 que se debe a que ese rango de edades está formado por generaciones menos numerosas nacidas durante la crisis de natalidad de los 80 y primera mitad de los 90.

De los 391.930 nacimientos que se produjeron el año pasado en España, el 19,3 % del total (75.564) fueron de madre extranjera, frente al 18,5 % de 2016 y el número medio de hijos por mujer se redujo tres centésimas entre las madres españolas, hasta 1,25, y dos centésimas entre las madres extranjeras, hasta 1,70.

De media, las madres españolas tuvieron sus hijos tres años más tarde que las extranjeras y la edad media a la maternidad de las españolas volvió a retrasarse una décima, hasta situarse en 32,6 años, mientras que la de las extranjeras también subió una décima, hasta los 29,7 años.

Durante 2017 fallecieron en España 423.643 personas, un 3,2% más que en el año anterior, y la tasa de mortalidad se situó en 9,1 defunciones por cada mil habitantes, frente a 8,8 del año 2016.

El pasado año el país perdió población, en concreto 31.245 personas (la diferencia entre nacimientos de madre residente en España y defunciones de residentes en el país), algo que ocurrió por primera vez en 2015, cuando se registró un saldo negativo de 1.976 personas, pero que previamente nunca había pasado.

En cuanto a la tasa de mortalidad infantil, ésta fue de 2,75 defunciones por cada mil nacidos vivos (423.643 fallecidos) y se mantiene por debajo del umbral del 3 por mil desde 2013 aunque aumenta ligeramente con respeto a 2016, cuando se situó en 2,68.

La esperanza de vida al nacer se mantuvo en 83,1 años (al igual que en 2016) y, por sexo, en los hombres alcanzó los 80,4 años y en las mujeres los 85,7.