El Mediterráneo devora a sus peces
Merluza, salmonete, rodaballo, lenguado, anchoa. y sardina son los más amenazados por sobrepesca.
Belén Delgado | roma
La sobrepesca sigue asfixiando a más de la mitad de las poblaciones de peces del Mediterráneo, que junto al mar Negro tiene el triste honor de mantenerse como el más sobreexplotado del mundo pese a las promesas de cambio de los países ribereños. En esos dos lugares, el 62% de las poblaciones de peces se capturaron en el año 2015 de forma insostenible, muy por encima de la media global del 33%, comprometiendo la productividad a largo plazo y la recuperación de las especies. Las cifras de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) son una llamada de atención al estado de los recursos pesqueros en el mundo y, en especial, en el Mediterráneo.
Frente a los dos millones de toneladas de pescado que llegaban a los puertos de la región (mar Negro incluido) a mediados de la década de 1980, en 2015 se descargaron 1,3 millones de toneladas. Entre las especies capturadas, la merluza, el salmonete, el rodaballo, el lenguado, la anchoa y la sardina siguen siendo todavía objeto de sobrepesca.
«El Mediterráneo es un mar semicerrado bajo la presión urbanística y de la pesca. Influyen la contaminación, el cambio climático y un contexto geopolítico particular, con guerras y migraciones», sostiene ante Efe el secretario ejecutivo de la Comisión general de pesca de ese mar, Abdellah Srour.
Su organización, que engloba a países ribereños, se encarga de garantizar la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos en esas aguas, donde sus estadísticas—diferentes a las de la FAO— sitúan el nivel de sobreexplotación en el 85 % de las poblaciones. Srour defiende que desde 2005 han adoptado más de 30 decisiones vinculantes, entre ellos cierres temporales y espaciales para pescar, medidas para seleccionar los aparejos y nuevos requisitos para determinadas especies. En 2017 fue aprobado un plan regional de acción contra la pesca ilegal, para el que han empezado por evaluar el alcance real del problema, según el responsable. La ONG Oceana les ha puesto sobre la pista de al menos 41 casos sospechosos en tres áreas protegidas del Canal de Sicilia, de Santa María de Leuca (sur de Italia) y del Golfo de León (sur de Francia).
En el mar Mediterráneo operan casi 100.000 embarcaciones, el 80% de pequeña escala, dando trabajo directo a más de trescientas mil personas.