Diario de León

La gesta de los pequeñines

El vientre de la madre es la mejor incubadora, pero para los bebés que nacen antes de tiempo y, sobre todo, con un peso inferior a 1.500 gramos la medicina ha creado las unidades de cuidados intensivos de Neonatología. Un entorno artificial que es lo más parecido al útero materno y con la familia cerca. El Caule atendió a 22 grandes prematuros en 2017 en los cuatro puestos de la UCI Neonatal, que quiere ampliar a seis el año que viene..

Neonatólogas y enfermeras de la UCI de Neonatología del Caule con Sara, la madre de Fernando, un gran prematuro que pelea por la vida. MARCIANO PÉREZ

Neonatólogas y enfermeras de la UCI de Neonatología del Caule con Sara, la madre de Fernando, un gran prematuro que pelea por la vida. MARCIANO PÉREZ

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ana gaitero | león

Entrar en una UCI de Neonatología es como acceder a un gran útero artificial. Es un lugar oscuro y casi silencioso. Los respiradores, el borboteo del oxígeno y los monitores que alertan de cualquier incidencia de los bebés que se ‘gestan’ en las incubadoras son los únicos ruidos que se escuchan.

Una lámpara ilumina la mesa en la que el personal de enfermería revisa las instrucciones de las neonatólogas y los protocolos a aplicar cada minuto, cada hora y cada día a los bebés que nacen antes de haber desarrollado sus funciones vitales para respirar de forma autónoma, alimentarse como un bebé a término y alcanzar un peso adecuado y exponerse a la luz y al contacto con el mundo sin un alto riesgo de infecciones.

Bebés pequeñines, grandes prematuros. Los gemelos de Irene Montero y Pablo Iglesias, que nacieron con 27 semanas de gestación, han puesto de actualidad una realidad que afecta a entre el 1-1,5% de los nacimientos en España.

Semanas antes, el pasado 5 de junio, vino al mundo en León Fernando, con 24 semanas y cinco días de gestación y 555 gramos de peso. El segundo hijo de Sara e Israel nació con prisa y al límite de la vida, que, según el jefe de Pediatría del Hospital, se sitúa entre las 23 y 25 semanas y los 500 gramos de peso. «También depende de la madurez del bebé», agrega Santiago Lapeña. Lo cierto es que por debajo de las de las 24 semanas la mortalidad alcanza el 90%.

«Es muy distinto y suelen plantear menos problemas a partir de los 750 gramos de peso, que se puede dar entre las 24 y las 28 semanas de gestación», precisa el pediatría. Y así sucesivamente hasta el rango de los 1.500 gramos que separa a los grandes prematuros de los prematuros.

Los respiradores y los ventiladores que suenan en el recinto «han supuesto grandes avances que permiten intubar menos a los bebés y menos técnicas invasivas», explica.

Igualmente, el apoyo nutricional con la alimentación parenteral que se realiza con el apoyo del departamento de Farmacia del hospital da mayores oportunidades a los bebés que nacen mucho antes de tiempo. Un bebé que nace con 750 gramos de peso requiere un tiempo medio de hospitalización de cuatro meses.

Según la Sociedad Española de Neonatología, el 8% de los partos se producen de forma prematura, antes de las 37 semanas de gestación, pero son los grandes prematuros, aquellos bebés con un peso inferior a los 1.500 gramos al nacer, los que precisan, como Fernando, de un entorno lo más parecido al útero materno para salir adelante.

El Hospital de León, el único de la provincia que cuenta con una UCI Neonatal, arroja unas cifras de grandes prematuros que oscilan entre los 17 casos del 2011, los 31 de 2014 y los 22 del año pasado, apunta Lapeña. El Caule es centro de referencia en Neonatología para los grandes prematuros del Hospital del Bierzo y de Benavente. Los bebés son protagonistas de una gesta por la vida en la que participa, codo con codo, un equipo de especialistas en Neonatología, con las familias a su lado y como centro de los cuidados. Las jirafas dibujadas en las colchas que cubren las incubadoras en la UCI de Neonatología son testigos mudas de esta gestación que cada día es una gesta, una batalla ganada en el vientre artificial monitorizado por hasta tres y cuatro aparatos, según las circunstancias de cada bebé.

con las familias cerca

La UCI Neonatal, al igual que la Unidad de Prematuros, de la que es una extensión, está abierta de forma permanente a las familias. Los avances dejaron atrás aquella imagen en la que las madres y los padres veían a sus hijos detrás de un cristal durante las semanas o meses que pasaran en las incubadoras.

Aparte de los avances médicos, farmacológicos y tecnológicos que dan soporte vital a las criaturas, la política de puertas abiertas las 24 horas, la promoción de la lactancia materna cuando sea posible, el programa canguro —contacto de madre y padre con el bebé en la medida de lo posible— fueron algunas de las medidas implantadas a raíz del Plan 2009/2010 de Atención al Parto y el Recién Nacido del Ministerio de Sanidad. Se incorporaron también medidas de sujección para que los bebés mantengan las piernas en posición fetal, encogidas, y la oscuridad para simular al máximo el vientre materno.

Las familias son «imprescindibles» en este reto de sacar adelante a los bebés más pequeñines. Fueron los países en desarrollo de Latinoamérica y las lecciones olvidadas de las abuelas las que marcaron este hito en la atención a prematuros, admite Santiago Lapeña. «Se vio que niños nacidos prematuramente en familias que no tenían medios pero que tenían cerca a la madre salían mejor adelante», explica.

La comunicación con la familia es total desde el minuto uno e incluso antes, si se prevé que el parto se va adelantar. «El primer contacto de Neonatología, que se produce en Ginecología, es muy importante», precisa el jefe de Pediatría.

A las familias con bebés que nacen por debajo de las 25 semanas se les habla de los riesgos de mortalidad, que se sitúa en el 50%. Por término medio, la mortalidad en grandes prematuras es del 10%. Una cifra impensable hace pocos años.

Los largos cuidados hospitalarios no ponen fin a los muchos cuidados que va a precisar un gran prematuro cuando llegue al hogar en brazos de su madre o de su padre. El protocolo establece revisiones médicas, primero de Neonatología y luego de Pediatría, hasta los seis años. Tienen riesgo de problemas neurológicos y de desarrollo debido a la maduración que les faltó en el vientre materno. Así que su batalla, y la de sus familias, no termina cuando se les da el alta en el hospital.

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