Toral de los Guzmanes se pavonea con su Museo del Botijo
Toral de los Guzmanes exhibe la mayor colección de botijos del mundo, 3.000 piezas, que van desde el siglo XVIII hasta ahora. El Museo del Botijo instalado en el castillo de la villa ganadera del Esla, tiene su época de mayor afluencia en primavera y otoño coincidiendo con actividades culturales de colegios y asociaciones. En mayo recibió un millar de visitas, según la guía Pilar Fonfría. El museo está pendiente de una ampliación en una de las torres del castillo, un edificio de tapial y ladrillo del siglo XIII, para dar más aire a la colección y acoger nuevas piezas de la colección del riojano Jesús Gil-Gibernau, cedida desinteresadamente para la creación del Museo del Botijo. Los hay desde antropomorfos a los que parecen carocoles o los que imitan a un pavo real, que son los típicos de Alba de Tormes. Dice la guía que al principio no le entusiasmaban pero cuando supo que hacer un botijo pavo real suponía tres meses de trabajo empezó a cogerle afecto. Entre las piezas favoritas destaca los botijos de barro sin bañar y en particular los que llegaron desde Ocaña hechos por una alfarera de Ocaña, Dolores Coronado, con arcilla blanca. Al Museo del Botijo mucha gente «sube escéptica y marcha encantada».