Hecho en los alfares de Jiménez
Cuatro alfarerías comerciales, además del Alfar Museo, conservan la tradición en Jiménez de Jamuz, localidad leonesa en la que llegaron a existir 200 hornos y un potente gremio de alfareros que agrupaba a más de 140. Así lo recuerda Vicente, de Alfarería Taruso, el más antiguo de la profesión que empezó con 14 años y anda por los 60. El más joven es Miguel San Juan, que abrió el último taller hace dieciocho años después de aprender el oficio en el Alfar Museo con Martín Cordero. En la foto, trabaja en el torno Valentín Peñín, de La Catedral del Barro, un alfar cuyos antecedentes se remontan a varias generaciones atrás. La alfarería de Esteban y Teresa se ha especializado en utensilios de cocina para fiestas y no hace botijos.