CORNADA DE LOBO
Bandera rasa
Quiere el hidalgo venido a menos escarbar en sus ruinas buscando alguna gloria difunta para vestirse con óxidos o ropones que disimulen su estado o engañen desde lejos.
Es vieja manía española: arruinarse y disimularlo... o vestirse de lo que no se es. Eso explica la actual peste festiva-identitaria de alcaldetes pueblerinos y de pueblos llanos disfrazándose juntos de pretor romano, de abad comendatario, de conde Olinos... o de doña Gimena (con G; y bordando ese punto mejor que el de crucetilla).
La fantasía historicista sale barata y está anegando estos campos tan yermos de fruto y tan sembrados de mitos y pitos, pues la historia es campo permisivo y ancho, barra libre donde se sirve en puro cóctel la verdad «sagrada», la media verdad y, glosando a Disraeli, las «tres clases de mentira» que hay; y son: la mentira... la mentira cochina... y la crónica oficial.
Me vino este rollo a cuento al ver la foto de la ceremoniosa presentación y entronización de la bandera que se ha inventado el ayuntamiento de Cistierna porque, a lo visto, había viejas ganas de tener bandera propia «que sirva como signo de identidad» a los cisternienses, cistiérnigos o.. ¿cual es el gentilicio exacto de la «villa»?...
Pero... ¡qué necesidad!, ¡vale ya con lo identitario!, exclamó Octavito. Si ahora les da por el trapo y la bandería, un salón de plenos acabará siendo sala de banderas de cuartel. Ahí van ya la europea, la nacional, autonómica, provincial, municipal... y trae los pendones parroquiales del contorno si cupieran; y si no caben, pendonetas de cofradía, banderines de club, estandartes, reposteros... ¿será por trapos?... tapízame el pasado... «la vida es larga, la vida es dura, ¡tócame la vida!».
Y lo peor es que esa bandera de Cistierna, además, es un espanto de diseño y concepto, lo que su versión en raso brillante multiplica. Valdría quizá para una horterilla caja de pastas artesanas, pero poco más. Izarla al balcón puede provocar conjuntivitis, queden advertidos los peatones. Y si el orgullo de un pueblo hay que fiarlo a un trapo, ¿cómo de orgullosa se siente con este la buena gente de Cistierna?...