La gran presión de una pasión
Una vida ligada a las redes sociales. David Maverick, Tania Healthy, Álvaro Giganto y Sandra Borges han convertido un hobby en su pasión. Sin dejar de lado el trabajo, muestran el día a día de sus vidas en Instagram..
Silvia Matilla| León
La moda, la fotografía, los viajes y la comida sana son los temas más recurrentes en los perfiles de la red social Instagram.
Los principales ‘influencers’ españoles acaparan ‘me gustas’ con publicaciones perfectamente estudiadas y cuidando la imagen que quieren transmitir.
El término ‘influencer’ aún no existen en la Real Academia Española. La palabra es confusa, no hay unos parámetros con los que se identifique esta actividad. Quizás por eso, cualquier persona quiera serlo. Pero no es tan fácil, teniendo en cuenta que la dedicación necesaria es máxima.
Pasión por el arte
Álvaro Giganto, tiene 28 años, es licenciado en Derecho y después de trabajar en un despacho de abogados se dio cuenta de que no era lo que quería hacer. Tras pasar un periodo de reflexión durante los últimos meses aún está decidiendo cuál será su futuro.
Mientras tanto, y desde hace cinco años, sube asiduamente fotografías a Instagram donde muestra sus preferencias en moda y también su día a día. Confiesa que lo que «empezó como una diversión con los compañeros de clase» ahora se ha convertido en algo más cuidado. «No suelo tener una hora exacta para subir mis fotografías ni cuido que sigan un orden concreto como hacen otras personas pero a mis seguidores les gusta», cuanta Álvaro.
Sus planes de futuro está ligados a la creatividad y declara que «busco proyectos que estén relacionados con el arte y que me inspiren». «Cuando empezó a seguirme Avellaneda, director de creativo de su propia marca, aluciné, ojalá algún día pueda trabajar en algo así», comenta.
El poder de comer sano
Tania tiene 30 años, un hijo de cinco y el trabajo de sus sueños en el Centro Médico Martínez Quindós. Su proceso de comer saludable comenzó hace cinco años, tras un cambio físico con el que perdió 27 kilos. Fue cuando encontró su gran pasión, promover la comida sana.
«Es un hobby que me ha dado muchas cosas buenas, han llegado a venir seguidores para comer conmigo en León que me han conocido gracias a Instagram», cuenta Tania. Reconoce que «nunca me iría de la ciudad, he tenido la oportunidad de mudarme por trabajo pero aquí lo tengo todo».
Su principal motivación son las recetas healthy, hacer que la comida no sea aburrida y ayudar a personas que necesiten un cambio en su proceso alimenticio. Sin embargo, reconoce que «las fotografías que tienen más alcance son en las que salgo yo porque a la gente le interesa tu vida y lo que te pasa».
La vida desde un objetivo
David Maverick, nombre artístico de un joven estudiante de historia tiene una meta: crear un perfil donde mostrar las fotografías de su principal pasión, los viajes.
En los próximos meses y gracias al dinero que gana trabajando tiene viajes previstos al norte de África, Europa y algún punto de Estados Unidos. Sus seguidores se cuentan en más de 30.000 y reconoce que para seguir creciendo «subo las fotografías en dos momentos puntuales del día e intento cuidar la imagen, que sigan una continuidad».
Ser original es uno de sus objetivos «busco ropa diferente, salir a la calle y que la gente me mire porque no voy vestido igual que el resto», defiende. Sus escapadas improvisadas por la provincia seguirán haciendo más intensa una vida que como reconoce «no me gusta que sea monótona, me gusta estar siempre haciendo algo y descubriendo cosas que me gustan».
Inspiración en la moda
Sandra Borges lleva en el mundo de la redes sociales desde hace nueve años, primero fue un blog con las tendencias del momento y más tarde se unirían Instagram y Youtube. «Lo que más utilizo es Instagram porque es más rápido pero lo que más disfruto es Youtube porque soy más yo y puedo expresarme libremente», confiesa Sandra.
«Mi familia al principio no entendía que yo subiera fotos y escribiera un texto en mi blog personal y la gente lo siguiera pero ahora ya están acostumbrados», dice Sandra.
La experiencia de estos jóvenes es positiva, su pasatiempo se ha convertido en su pasión. Pero también reconocen que conlleva una presión extra. Además de su trabajo, tener que actualizar contenido, responder a los mensajes de sus seguidores y valorar ofertas de marcas supone un esfuerzo extra.
«En ocasiones siento que es una obligación tener que contestar a quien me escribe y estar subiendo contenidos constantemente», asume Tania, a lo que Álvaro Giganto recalca que «en ocasiones me siento mal por no subir contenido y tener abandonados a mis seguidores».
En cuanto a las marcas que les contactan la opinión es unánime, el rechazo a colaborar con quien quiere exclusividad, o si en ese momento no es el contenido adecuado para el perfil porque los seguidores se dan cuenta de que no encaja con el contenido habitual. Lo confirman Álvaro, David y Tania. Ser real es la premisa de estos cuatro jóvenes que han visto su vida evolucionar en los ojos de sus seguidores.