Proyecto Hombre quiere ayudar a fijar población rural en León

ana gaitero | león

Nuevas sustancias, viejas batallas. El trabajo de Proyecto Hombre Bierzo-León en sus 34 años de andadura en la provincia ha evolucionado desde los «años convulsos de la heroína» a los programas de prevención para evitar que el abuso del móvil se convierta en una adicción como el Reiniciate, el más nuevo y dirigido a la población más joven.

Icaro para combatir la doble adicción a la cocaína y el alcohol, Sfúmate para deshabituación del tabaco, tanto a nivel individual como en programas de empresas, Skapate para atender a la población con problemas con el cannabis, trabajo en la prisión y mucha inversión en reinserción social y laboral forman parte del amplio abanico de servicios que ofrece Proyecto Hombre Bierzo-León.

Así lo explicó el presidente de la entidad, Jorge Juan Peña, en la conferencia que ofreció ayer en el Club de Prensa de Diario de León dentro del ciclo Divulgación de la labor social en León patrocinado por Kutxa Laboral y Hosteleon. «Nos hemos diversificado para dar atención más individualizada y responder a las necesidades de León», precisó.

Es una terapia basada en la autoayuda y la recuperación biopsicosocial. La reinserción laboral era fácil en los comienzos. En los últimos años es uno de los programas que más ha crecido debido a la crisis. Peña señaló que uno de los objetivos de su labor social es «fijar población en el medio rural» y para ello han completado los servicios de psicología y terapia con prospectores laborales en busca de oportunidades a través de pequeños proyectos y con la empresa de inserción social Incas.

Las administraciones son su foco de referencia, con trabajos forestales para la Diputación y limpieza de grafitis para el Ayuntamiento de Ponferrada. Pronto pondrán en marcha una lavandería industrial con la maquinaria cedida por Paradores.

«No nos preocupa si la droga es legal o no. Nuestra finalidad es atender. El alcohol y el tabaco son legales y la problemática es muy grande», respondió a una de las cuestiones planteada desde el público en el coloquio. «Legalizar o prohibir es una cuestión que atañe al legislador, a la política», precisó.

Proyecto Hombre nació en Cubillos del Sil en 1984 con la apertura de una de las primeras comunidades terapéuticas para atender a la problemática de la drogadicción en España. La heroína se llevaba por delante a muchos jóvenes en las cuencas mineras y muchas «madres coraje» llamaban a las puertas de aquel centro pionero.

Para tomar distancia con las distancia con las sectas que aparecían como remedio al grave problema, Proyecto Hombre se definió como entidad apolítica, aconfesional y sin ánimo de lucro. Los primeros terapeutas se formaron en Roma, en el Proyecto Uomo. Hoy están en todas las provincias españolas, en Portugal e Italia y en América Latina. En Bolivia trabaja su fundador en León, Isaac Núñez, con una comunidad de 40 personas.

Los tiempos cambiaron y «el miedo a la heroína y al sida» dio paso a la cocaína que demandaba programas ambulatorios. Surgieron así los centros de día, actualmente implantados en León y Ponferrada. Las cuencas mineras, donde el dinero empezó a abundar con las prejubilaciones, también dieron la voz de alarma de las adicciones sin sustancia.