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Para hacer del cielo lo mejor de la tierra

Por el amor al arte y a Marte. La Asociación Leonesa de la Astronomía es un colectivo sin ánimo de lucro que se dedica a impulsar actividades relacionadas con la divulgación del fascinante mundo de los planetas..

Miembros de la Asociación Leonesa de Astronomía, ante un telescopio del Observatorio ‘Pedro Duque’. RAMIRO

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León

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miguel ángel zamora | león

Pepe Gavilanes lo mismo se disfraza de personaje de época para ilustrar a los niños en la configuración de las estrellas que se pone serio para reflexionar en torno a la dimensión que está alcanzando la Asociación Leonesa de la Astronomía. «No podemos crecer por crecer. Somos 90 socios y cada uno paga una cuota de 40 euros al año, que nos da para mantener nuestras actividades. Pero a una visita al observatorio, no podemos traer a 300 personas, porque es muy poco operativo estar haciendo cola veinte minutos para poder ver los anillos de Saturno durante veinte segundos».

Así que el entusiasta grupo que preside, se afana cada semana en ir un poco más allá en ka exploración de los cielos leoneses y en dar a conocer en la tierra todo lo bueno que tiene el cielo.

«No nos cuesta dinero, nos cuesta tiempo y es nuestra afición. De gastos fijos tenemos un seguro de responsabilidad civil y la revista. La asociación es sin ánimo de lucro», explica Gavilanes. Las visitas se dividen en dos partes: primero Un paseo por el cielo , que durante 50 minutos cuenta los mitos y las leyendas que acompañan a las constelaciones y Un paseo con telescopio , jalonado por tres aparatos de estas características. «La gente participa en lo que quiere, se les deja hacer libremente».

La asociación experimentó un impulso notable en 1986 coincidiendo con al fenómeno del Cometa Halley y cuenta entre sus socios con profesionales de todos los ámbitos, desde Jesús Sanjosé hasta Jesús Calleja.

«Poca asociaciones de España tienen estas instalaciones». Se refiere a las aledañas al Coto Escolar, donde se asienta el observatorio. «También vamos a los colegios. Hemos estado tres mañanas en CEIP Villa Romana. Todos los niños hacen relojes de sol. También colaboramos con Alac. A los críos lo que les gusta ver cómo se escapa el gato con le apuntamos con el láser, no que les expliquemos en el cielo la teoría de la relatividad. Nos acaban de llamar de Alfaem y a veces te ocurren anécdotas como aquella vez que estábamos impartiendo una actividad y entre la concurrencia había un ciego: «Siga, siga. ¡Claro que no veo nada, pero me lo estoy pasando de maravilla!».

Hay que buscar cosas que no se ven a simple vista «pero no queremos telescopios electrónicos. Nos gusta lo manual aunque eso te exige conoce el cielo. Vienen nuevos refuerzos. Vamos a organizar un curso de iniciación y se apuntan en torno a 20 personas cada año. No hay interés sectario, no es una religión ni un partido. Necesitamos estar al servicio, y que sepan los justo quiénes somos. Hay que divulgar nuestros objetivos, sin ánimo de fanatismos. Es como todas las aficiones en la vida, tiene punto de máximo y de mínimo. Vienen los que quieren y cuando quieren», reconoce explicito.

«Este verano la actividad se nos ha ido de las manos. A veces los contactos son de lo más extraño. Suelen enterarse por el boca a boca, más que por ofertas sistemáticas», explica.

Hay todo un mundo por descubrir ahí fuera. La puerta de acceso es www.astroleon.org