EN ITALIA
Un niño trasplantado cambia de escuela porque sus compañeros están sin vacunar
El menor de 8 años, que sufrió leucemia, está ahora sin defensas y un simple catarro puede comportarle riesgos. "Esta situación no es digna de un país civilizado", clama la comunidad médica italiana
Un niño de ocho años trasplantado de médula ósea ha tenido que abandonar recientemente su colegio en la región de Véneto, en Italia, porque parte de sus compañeros de clase estaban sin vacunar. Esta historia fue publicada hace unos días por el diario 'Corriere della Sera' y es un claro ejemplo de los peligros que comporta el movimiento antivacunas, que ha ganado fuerza en Italia en los últimos años. La familia de este menor solo ha accedido a contar la historia a la prensa manteniendo el anonimato del niño, del pediatra e incluso de la ciudad italiana en donde se desarrollan los hechos.
El pequeño Thomas (nombre ficticio) fue diagnosticado hace un año de leucemia mielógena aguda. Su hermana, dos años mayor que él, le donó la médula que salvó su vida. El pequeño, cuenta el pediatra que lo trató, está actualmente bien, aunque debe utilizar una máscara facial porque la quimioterapia y el trasplante han reducido sus defensas al mínimo.
Pero este año el niño se ha topado con otra (e inesperada) dificultad: no puede regresar a la escuela porque en una clase hay cinco niños no vacunados. En la otra, hay tres. No existe alternativa para Thomas en este colegio. "Cuando mi colega me contó el caso de su paciente, pensé que esta situación no es digna de un país civilizado. Hay personas que creen que las vacunas son dañinas, pero quienes de verdad pagan las consecuencias son los niños que han pasado por una quimioterapia. Ahora Thomas tendrá que buscar una clase de estudiantes vacunados, quizás a kilómetros de distancia de su hogar", cuenta Oriana Maschio, cirujana especializada en cardiología, al diario italiano.
Los hijos de los antivacunas son un "grave problema"
Otro médico, Giuseppe Basso, director una clínica oncológica pediátrica de Pádua, afirma que los hijos que los antivacunas son un "grave problema" para sus pacientes, quienes se encuentran "totalmente indefensos" porque un trasplante de médula ósea borra la 'memoria vacunal' de las personas. Basta con que los niños enfermos entren en contacto con un simple catarro para que haya riesgos. "Lo mismo podría ocurrir en una clase donde los niños no vacunados comprometen la inmunidad de grupo", dice.
De momento, los padres de Thomas están buscando una solución para la cual, según su pediatra, "hay tiempo". Pero los hechos dan que pensar. "Cada vez que veo a Thomas me dice que no puede esperar para sentarse en una mesa junto a sus amigos. Simplemente quiere su vida, la vida de cualquier niño de su edad. Pero algunos, por temores absurdos, se la están negando", concluye el médico.
En Italia, el movimiento antivacunas están incluso respaldado por miembros del gobierno. La Ministra de Sanidad, Giulia Grillo, del Movimiento 5 Estrellas, ha considerado en diferentes ocasiones que las vacunas "no deben ser obligatorias". Italia ha pospuesto recientemente la normativa que obligaba a los padres a certificar que habían vacunado a los niños antes de que ingresaran en guarderías y escuelas infantiles.