SOCIEDAD
«No seremos inmortales»
El alzhéimer se podrá detener, no curar, por eso es tan importante el diagnóstico temprano y el hallazgo de fármacos para tratarlo en etapas iniciales. Lo dice Isidro Ferrer, neuropatólogo y premio Mano Amiga 2018 de la Fundación Un Mañana Sin Alzhéimer, que ayer celebró la gala de su VI edición..
El 85% de las personas mayores de 65 años tienen lesiones de tipo alzhéimer. El misterio que la ciencia persigue descubrir es por qué en unas personas la enfermedad evoluciona rápidamente, en otras lo hace de manera lenta y en otras ni siquiera se manifiesta.
Isidro Ferrer, premio Mano Amiga 2018, en la categoría individual, de la Fundación Por Un Mañana Sin Alzhéimer, promovida por Alzhéimer León, destacó ayer la importancia de los bancos de tejidos nerviosos y la donación de cerebros para avanzar en la investigación sobre la enfermedad de alzhéimer y otras demencias.
«Intentar conocer las alteraciones más tempranas, averiguar en qué consisten, cuáles son las causas y cómo se transmite de una célula a otra», son algunas de las preguntas que se hace el «ejército de científicos» que trabaja para luchar contra el alzhéimer.
Se cree que en no muchos años se dispondrá de fármacos que «administrados en etapas tempranas, a los 40 o 50 años, puedan detener la enfermedad. «Curarla va a ser muy difícil», dijo en declaraciones a Diario de León. «Lo importante es detenerla a tiempo» con tratamientos preventivos que abarcan desde la dieta, el ejercicio, menos presión laboral y más contacto social. Los tratamientos farmacológicos, hoy por hoy, son «paliativos y puntuales de cosas concretas» y las vacunas existentes «se están dando en etapas muy avanzadas», precisó.
«Acertar con el medicamento y darlo en el momento oportuno», son claves para «detener y enlentecer» el alzhéimer. Pero además de la investigación, Ferrer aboga por un cambio social que integre la vejez. «Quizá podamos evitar un deterioro penoso, pero no vamos a conseguir ser inmortales», añadió.
Ferrer, el ‘neuropatólogo revolucionario’, como le bautizó la revista The Lancet, abogó por «una sociedad más empática y colaborativa», pues «todos somos vulnerables». De la misma manera que «se van rompiendo las barreras físicas e intelectuales. ¿Por qué con la vejez no puede pasar lo mismo?», planteó. «Hay que adaptarse a esa persona, no marginarla, que forme parte de la sociedad de manera normalizada y tranquila», añadió. «Es un trabajo de todos», insistió.
La jefa del servicio de Anatomía Patológica, Teresa Ribas, fue la encargada de presentar ayer a Ferrer y entregarle el premio en la categoría individual. Destacó su «generosa capacidad docente» que le ha convertido en un referente de generaciones de patólogos. Ferrer, por su parte, destacó «la implicación de los diferentes componentes de la sociedad» en el centro de Alzhéimer León y felicitó a la ciudad y a la provincia por ello tras agradecer el premio a una labor de equipo, recalcó.
El carácter internacional de los Premios Mano Amiga quedó de manifiesto con el galardón concedido, al Alzheimer’s Research de Reino Unido, en la categoría institucional, que recogió su directora científica Carol Routledge. El doctor Pablo Martínez-Lage, que recibió el Premio Mano Amiga en 206, en la V edición, presentó a esta doctora en Farmacología y a un instituto que trabaja desde 1992 por el diagnóstico temprano, la prevención y la erradicación del alzhéimer.
«Las demencias son enfermedades a las que no se sobrevive», recordó la científica. Pero avanzar en su conocimiento «nos hará más libres del miedo» a la enfermedad porque «podremos comprenderla, reducir el riesgo y tratar las enfermedades que subyacen».
El Alzheimer’s Research de UK financia proyectos en todo el mundo y suma su inversión a los esfuerzos del Gobierno, aunque, matizó, los 214 millones de libras que dedicaron el año pasado a investigación proceden íntegramente de donaciones. «No recibimos subvenciones ni apoyo del Gobierno, son producto de maratones, venta de pasteles... Todo viene de la gente», enfatizó. Y en 2015 tienen previsto dedicar 250 millones de libras a la investigación.
«Si detectamos pronto el alzhéimer podremos tratarlo antes», subrayó. Avances basados en la alianza única para la reducción del riesgo y el hallazgo de un fármaco y un diagnóstico acertado en el momento adecuado con la vanguardia tecnológica.
La gala tuvo su punto más emotivo en la entrega del Premio Mano Amiga al Anónimo Con Nombre. Ted y Simon McDermott, un padre enfermo de alzhéimer y su hijo que ante los episodios de agresividad y confusión causados por la enfermedad, dio con la tecla al descubrir que su padre se relajaba cuando le subía al coche y ambos cantaban. Ted empezó a recordar las letras de canciones que había cantado toda la vida, «era feliz y se relajaba», recordó su hijo Simon ayer en León. «Toda mi familia está agradecida pero porque tenemos que cuidar a mi padre no pueden estar aquí», apuntó. «Nunca imaginé que cantar con papá en el coche nos llevaría a grabar a los estudios de Abby Road y a ser uno de los 10 mejores single».
Con esta iniciativa ha recacudado fondos para la Alzheimer Society. «Quería devolverles lo que me dieron con una simple llamada», explicó Simon McDermott, cuando atravesaban los momentos más oscuros de la enfermedad.
Asimismo, agradeció los miles de mensajes que recibió. «Todavía hay días tristes y duros. Pero he aprendido que lo realmente importante es pasar tu tiempo con la gente que quieres», añadió. También rindió un homenaje a las mujeres que, como su madre, Linda, son mayoría en el cuidado de las personas con demencia. «Ellas son el sexo fuerte».