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Cada día su afán José Román Flecha Andrés
León

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E l papa Francisco ha decidido dedicar la XV Asamblea del Sínodo de los Obispos a los jóvenes. El camino ha sido largo. Y el «Instrumento de trabajo» que resume los pasos anteriores para ayudar a los padres sinodales es muy interesante. Si la primera parte es un estudio sobre la situación actual de los jóvenes, la segunda parte nos recuerda que la Palabra de Dios nos ofrece elementos para comprender e interpretar la juventud. «Joven entre los jóvenes», Jesús quiere «encontrarlos caminando con ellos, como lo hizo con los discípulos de Emaús».

Como ellos, también los jóvenes de hoy están llamados a ser anunciadores de la resurrección de Jesucristo. Tras recordar a varios jóvenes que aparecen en la Biblia, el documento recuerda la parábola del hijo prodigo, que mejor podría llamarse como la «parábola del padre que sale dos veces», para acoger a un hijo e invitar al otro a entrar en casa y celebrar la fiesta del encuentro.

A continuación, se subraya que cada joven está llamado a pedir a Dios el don del discernimiento para encontrar su verdadera vocación. Pero esta afirmación requiere aclarar al menos cuatro términos.

1. En primer lugar, es necesario explicar el significado del término «vocación», de forma que no suscite prejuicios entre los jóvenes. Es necesario poner las bases de una «pastoral juvenil vocacional», entendida en sentido amplio, que sea significativa para todos los jóvenes de hoy. Cristo los llama a salir de sí mismos. A descubrir la plenitud de la alegría y del amor, a seguirle a él por el camino que haya de concretar su vocación.

2. Además, tras aclarar el término «vocación», el Papa dedica su atención a explicar el término «discernimiento», tan abierto, como el anterior, a múltiples significados. «El discernimiento es también un estilo de vida; es un don y un riesgo, y esto puede asustar», De hecho, es preciso que «la persona que discierne continúe formando su propia afectividad, su propia inteligencia, su propio estilo».

3. Ahora bien, para el discernimiento es central el «rol de la conciencia». Recordando cómo el Concilio explicó el sentido de esta categoría, en el documento se escribe que la conciencia puede significar «el impulso hacia una búsqueda más profunda de la propia autenticidad y de la propia vocación».

4. Por fin, se explica que el discernimiento requiere un acompañamiento vocacional que es capaz de «liberar la libertad» y un acompañamiento espiritual que ayude a «aprender a reconocer, interpretar, elegir desde una perspectiva de fe, escuchando lo que el Espíritu sugiere en la vida cotidiana».

De todas formas, nunca será ocioso el acompañamiento psicológico, además del «acompañamiento familiar, educativo y social», que ayude a los jóvenes a la «lectura de los signos de los tiempos» y a vivir con responsabilidad la vida de cada día.