«Se reconoce el robo de bebés por primera vez y eso es una llama»

a. gaitero | león

Encarna García y su hermana Elena fueron de las primeras en presentar una denuncia en la fiscalía de León, en 2011, por un caso de bebés robados en León. Siete años después de cruzar el umbral de la Audiencia Provincial, cuya portada pertenece al antiguo hospicio de San Cayetano, no tienen ninguna pista de la que tirar para poder esclarecer el caso de la desaparición de sus hermanas mellizas nacidas en la maternidad de León en 1959. A su madre le dijeron que las niñas habían muerto y que las habían enterrado en el jardín. Nunca vio sus cuerpos inertes. Las niñas, a pesar de que vivieron 24 horas, no estaban registradas en Libro de Familia.

En el Archivo Histórico Provincial de León encontraron los legajos del aborto, como se consideraba a los nacidos que no sobrepasaban las 24 horas de vida (la ley que no permitía inscribir como nacidos a los bebés que vivían menos de un día no se cambia hasta 2009). No salían de su asombro al ver que las niñas habían nacido, según los papeles, con tres días de diferencia, una el 5 de agosto y la otra el 8.

El médico que firma el parte de defunción es el mismo que aparece en los partes de deceso de otros muchos casos de bebés robados denunciados en León. Hasta 17 denunciaron en la Fiscalía con patrones muy similares, sobre todo la presencia de varias fechas de defunción en la documentación.

La Fiscalía archivó el caso y todos los demás fueron en cadena. «No hay a quien juzgar porque todas las personas que aparecen en los papeles están muertas aunque existen irregularidades», explica Encarna García. Desde entonces no han encontrado pistas del posible paradero de sus hermanas.

La sentencia del caso Madrigal-Vela supone un punto de inflexión para la causa que muchas personas afectadas ya dan por perdida. «Es la primera vez y la única hasta ahora que se reconoce el robo de bebés y eso es una llama», apunta.

Lo que es un jarro de agua fría, otro más en esta historia llena de sombras, es que «se reconozca la culpabilidad pero se diga que está prescrito. Eso lo emborrona todo».

Las familias leonesas de afectadas —la asociación actualmente no funcionan— muestran su apoyo a Inés Madrigal y espera que el recurso del fiscal en el Tribunal Supremo, unido al de la propia acusación particular, dé pie a una sentencia condenatoria.

Muchas piensan lo mismo que Neus Roig: «Hay intereses ocultos: en muchos casos hay implicados importantes médicos y personas que actualmente tienen descendientes y a los que no les interesa que este tema se denuncie».