«Las resistencias a los antibióticos provocan ya el doble de muertes que las carreteras»
Las consecuencias del abuso de antibióticos reta a la comunidad científica. La catedrática María Dolores Carro inaugura mañana el Ciclo de Actualidad Científica que organizan la ULE y la Fundación Carolina Rodríguez que traerá a León doce ponentes de renombre en diferentes materias científicas. La conferencia tendrá lugar el martes a las 20.00 horas en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de León..
carmen Tapia | león
¿Es posible reducir el uso de los antibióticos en la producción animal?. La catedrática de Producción Animal de la Universidad Politécnica de Madrid y que también fue profesora de la Universidad de León, María Dolores Carro, inaugura mañana el XIV Ciclo de Actualidad Científica organizado por la Universidad de León y la Fundación Carolina Rodríguez, que traerá a León a reconocidas figuras como Angélica Rebollo y Margarita Salas.
—¿Por qué es necesario reducir los antibióticos que se dan a los animales de granja?
—Para frenar el desarrollo de las resistencias antibióticas, pero también es necesario controlar su uso en las personas. En los últimos años se ha registrado un aumento muy importante en las resistencias bacterianas a los antibióticos. Algunas enfermedades que se trataban fácilmente con antibióticos antiguos y baratos, como la neumonía, tuberculosis o gonorrea, son ahora un problema grave debido a las resistencias que han desarrollado las bacterias que las originan. Se trata de un problema global, que puede afectar a cualquier persona, independientemente de dónde viva o de su nivel de vida. Si no se pone remedio, todas las operaciones quirúrgicas serán de alto riesgo, incluso las más simples, ya que no existirán antibióticos para combatir las infecciones que pueden producirse. Debido a la gravedad del problema en 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) se unieron para poner en marcha un Plan de Acción sobre las resistencias antimicrobianas.
—¿Cómo afecta el exceso de antibióticos a la salud animal, a las personas y al medio ambiente?
—El uso excesivo de antibióticos es perjudicial para tanto para las personas y animales como para el medio ambiente, pero el problema más grave que plantea es el de las resistencias. Se estima que en la Unión Europea mueren 25.000 personas al año como consecuencia de las resistencias a los antibióticos y que en España ocasionan entre 2.000 y 2.500 muertes anuales. Esta cifra supone el doble de muertes que las provocadas por los accidentes de tráfico, que ascendió a 1.200 en el año 2017. Creo que la sociedad no es consciente. Según estimaciones de la OMS, si no se pone remedio al aumento de las resistencias antibióticas en el año 2050 ocasionarán la muerte a 10 millones de personas cada año y desplazarán al cáncer como primera causa de muerte.
—Pero los alimentos que comen los animales también llevan antibióticos...
—No todos los piensos llevan antibióticos, aunque es cierto que algunos sí los incluyen, especialmente los que se administran en fases críticas del ciclo productivo, en los que la posibilidad de que existan infecciones es muy alta, como en el destete. Sin embargo, en otras fases productivas los piensos no llevan antibióticos y tampoco los incluyen los piensos que reciben los animales durante la etapa previa al sacrificio, por lo que la carne no lleva residuos de antibióticos. Los ganaderos españoles están haciendo un esfuerzo muy importante por reducir el uso de antibióticos, no solo de los administrados en el pienso sino también de los administrados por otras vías. Por ejemplo, entre 2015 y 2017 el uso de colistina en la producción porcina se ha reducido un 82,4% y se continúa avanzando en su reducción hasta lograr los niveles recomendados por la Unión Europea. Este hecho es muy importante porque la colistina es un antibiótico de último recurso en la medicina humana, es decir, se utiliza para el tratamiento de enfermedades infecciosas causadas por bacterias que ya son resistentes a otros antibióticos. Los productores de vacuno de carne y de carne de pollo se han comprometido a no usar antibióticos en los piensos a partir de 2020 y en la producción cunícula se pretende lograr una reducción del 30% en el uso de antibióticos en 2019. En la medicina humana hay que actuar en el mismo sentido.
— ¿Qué políticas están adoptando el Estado y las comunidades autónomas?
—España puso en marcha el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (Pran) en el año 2014, para reducir el riesgo de desarrollo y diseminación de resistencias a los antibióticos y preservar la eficacia de los antibióticos existentes actualmente. En este plan están involucradas todas las comunidades autónomas, seis ministerios (Sanidad, Agricultura, Economía, Educación, Interior y Defensa), más de 70 sociedades científicas, organizaciones colegiales, asociaciones profesionales y universidades, así como más de 300 colaboradores expertos. El Pran se articula en seis líneas estratégicas que incluyen la vigilancia y control del consumo y resistencia a los antibióticos y la prevención de las resistencias, pero también el fomento de la investigación, la formación de los profesionales y la comunicación a la sociedad. También es fundamental el fomento de la investigación para desarrollar nuevos antibióticos, ya que la industria farmacéutica muestra escaso interés, posiblemente debido a la poca rentabilidad que obtiene con los antibióticos en comparación con otros fármacos como los que se usan en enfermedades crónicas. Por ello, los gobiernos deben impulsar la investigación; por ejemplo, la Agencia Europea del Medicamento y sus agencias homólogas americana y japonesa están ya ?trabajando conjuntamente para definir los aspectos principales del desarrollo clínico de nuevos antibióticos.
—¿Le preocupa la gripe aviar?
—La gripe aviar es una zoonosis, es decir una enfermedad de los animales que afecta a los seres humanos y como todas las zoonosis debe preocuparnos. Las personas pueden contagiarse con el virus mediante el contacto directo con aves infectadas o con medios contaminados con sus heces, pero afortunadamente no se produce contagio a través de los alimentos si han sido bien cocinados (el virus es muy sensible al calor) ni se ha demostrado que pueda ser transmitida entre personas. Como en otras zoonosis, hay que controlar la enfermedad en los animales para reducir el riesgo de su transmisión a las personas.
—La ganadería intensiva está muy cuestionada por un sector de la sociedad que promueve una alimentación de carne de calidad y menos especulación comercial. ¿Qué opina de la ganadería intensiva, cree que está reñida con la sostenibilidad y el bienestar animal?
—En mi opinión la sociedad actual no tiene, en general, un conocimiento real de los sistemas ganaderos y con frecuencia basa sus opiniones en artículos o reportajes, la mayor parte de las veces sensacionalistas, que no dan una visión objetiva de estos sistemas. La ganadería intensiva es mucho más eficiente en el uso de los recursos (alimentos, agua...) que la ganadería extensiva y las normas de bienestar animal que deben cumplir todas las granjas, incluidas las explotaciones intensivas, son muy estrictas. De hecho, la Unión Europea tiene las normas más exigentes del mundo en lo que se refiere al bienestar animal.
—¿Qué posición ocupa León en la investigación científica ganadera?
—León es un referente en investigación en ganadería, tanto a nivel nacional como internacional, ya que dispone de dos centros excelentes: la Facultad de Veterinaria y un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Ambos centros trabajan conjuntamente desde hace décadas y en el año 2008 se formó el Instituto de Ganadería de Montaña, un instituto mixto de investigación constituido por investigadores del CSIC y de la Universidad de León. En la clasificación que se hace anualmente de la calidad de los investigadores españoles siempre aparecen varios investigadores de estos centros. Este hecho tiene un gran mérito, ya que no hay que olvidar que la disponibilidad de medios en universidades y centros de investigación de pequeño tamaño, como los existentes en León, suele ser mucho menor que la existente en los grandes centros de nuestro país. Por ello, estos resultados reflejan un intenso trabajo y dedicación de los investigadores leoneses.