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Cómo un hombre se convierte en putero

Prometeo aborda la prostitución en su curso universitario Iván Sambade y Virginia Carrera, en la inauguración .

Virginia Carrera, del Colectivo Trece Rosas, hoy en las jornadas de Prometeo en León. DL

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León

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ana gaitero | león

Cómo los hombres se convierten en puteros y la escuela de desigualdad que supone la vigencia del sistema prostituticional son los ejes de la apertura de las VI Jornadas de Hombres por la Igualdad que se celebran hoy y mañana en León.

«Hombres y neoliberalismo sexual: Capitalismo entre piernas» arranca esta tarde en el Centro Cívico León Oeste (16.00 horas) con la intervención de Iván Sambade, miembro de la Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid y fundador del grupo de Hombres por la Igualdad Codo con Codo de Palencia, junto a la experta en Género y Políticas de Igualdad e integrante del Colectivo Trece Rosas de Salamanca.

«Los hombres son socializados en la agencia prostituyente al consentirse unas relaciones de poder sin reprocidad y un sistema social en el que se privilegia su satisfacción propia», apunta Sambade. El caldo de cultivo en el que se crían los puteros es el de la «masculinidad hegemónica o dominante», un modelo que defiende la desigualdad con respecto a las mujeres y también con respecto a hombres que no encarnan esa masculinidad dominante como son los homosexuales.

Sambade interperlará a los hombres para que rompan con la complicidad masculina en torno a la cosificación del cuerpo de las mujeres. «Siendo putero contribuyes a que no haya igualdad», subraya.

En la misma línea, la activista y experta en Género y Políticas de Igualdad, Virginia Carrera, hablará de la «intersección entre capitalismo y sistema prostitucional» como una «escuela de desigualdad entre chicos y chicas».

«Los chicos desde que nacen son conscientes de que pueden comprar el cuerpo de la mujer», añade. Esto es el reflejo, indica Carrera, de «un sistema de dominación, que no tiene nada que ver ni con la libertad sexual ni con la sexualidad».

En este sentido, se mostró contraria a la legalización de un sindicato de prostitutas y a la regulación de la prostitución. «Soy abolicionista. La libertad de decisión de algunas mujeres no puede marcar la regulación de una cuestión que afecta a todas. Las que libremente quieran ejercer pueden darse de alta de masajistas», explicó.

Para Carrera, «reglamentar el derecho de los hombres a comprar el cuerpo de las mujeres es totalmente opuesto a la libertad». El sistema prostitucional, recalca, es una vertiente de la mercantilización del capitalismo que ha convertido los cuerpos de las mujeres «en una industria», añadió. La profesora de Filosofía Marta Madruga y la abogada Herminia Suárez ofrecen un taller práctico.