Diario de León

MERCEDES MARTÍNEZ GONZÁLEZ | PRESIDENTA DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA

«El Teléfono de la Esperanza ha cambiado la vida a mucha gente»

El Club de Prensa de Diario de León acoge hoy al Teléfono de la Esperanza, una entidad que echó a andar en 2004 con la captación de voluntariado y que atiende llamadas de personas en soledad, desesperadas o desamparadas desde 2007. Su presidenta, Mercedes Martínez, acompaña hoy a Esther Cabezas Gutiérrez en la charla de esta tarde. .

La fundadora y actual presidenta del Teléfono de la Esperanza de León, Mercedes Martínez González. JESÚS  F.  SALVADORES

La fundadora y actual presidenta del Teléfono de la Esperanza de León, Mercedes Martínez González. JESÚS F. SALVADORES

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Lugar: Club de Prensa del Diario de León.

Gran Vía de San Marcos, 8 esquina con calle Fajeros.

Fecha: Hoy a las 20.00 horas..

Mercedes Martínez González es el alma del Teléfono de la Esperanza en León. Fundadora y presidenta durante gran parte de la andadura de esta entidad que el año pasado ayudó a más de 2.500 personas en León con algo tan sencillo y tan difícil en la sociedad moderna como la escucha. Una foto del fundador, Serafín Madrid, está colgada en el vestíbulo de la sede de Padre Isla, que pronto cambiarán por un nuevo local que han comprado, con una hipoteca, en el pasaje de Ordoño II-República Argentina número 32, 1º C. Antes de comenzar la entrevista Mercedes Martínez termina de atender a una persona que, después de mucho pensarlo, se decidió a subir y pedir ayuda. Es parte del día a día en un servicio atendido por personas voluntarias, preparadas para las situaciones más difíciles, incluidas las llamadas que reciben de personas en riesgo de suicidio.

—¿Cuál es el origen del Teléfono de la Esperanza?

—En 1971 se abren los primeros centros en Sevilla y Madrid.

—¿Cómo empezó usted en el Teléfono de la Esperanza?

—Yo vivía en Valencia y conocí el Teléfono de la Esperanza. Me ofrecí de voluntaria a ayudar y me dijeron que primero tenía que ayudarme a mí y formarme. Desde entonces, el Teléfono de la Esperanza me ha dado vida y soy una persona más positiva.

—¿Cómo surgió la idea de traerlo a León?

—Un accidente de tren adelantó mi regreso a León, que yo no tenía previsto hasta la jubilación. Estuve inmovilizada y mirando para el techo varios meses y ahí se fraguó la idea y la determinación de poner en marcha este proyecto extraordinario en León. Sabía que había habido algunos intentos y me pareció que podía asumir esa responsabilidad.

—¿Cuándo empezaron a atender llamadas?

—En 2004 empezamos a formar el voluntariado y después de tres años, el 13 de octubre de 2007, abrimos esta sede. Aquí se atiende el teléfono las 24 horas y 365 al año.

—¿Cómo ha evolucionado?

—Además de las llamadas también ofrecemos nuestros cursos de autoestima, inteligencia emocional, talleres para elaborar el duelo, mindfullness y otros. Hay personas que cuando llegan a un taller no son capaces ni de mirarte y cuando terminan te dicen: «Gracias a que he conocido el Teléfono de la Esperanza, soy otra persona». Tenemos también la atención psicológica con tres profesionales voluntarios y ra tenemos también el programa de mayores en soledad.

—¿En qué consiste este programa?

—Son 100 personas mayores en soledad a las que llamamos por un convenio con el Ayuntamiento de León. Hay once personas voluntarias que se ocupan de esta tarea. A cada persona se le llama según su situación particular a horas y días señalados o para recordarles que tienen que ir al médico. Son ya dos años. Acabamos de celebrar el encuentro anual que tenemos con todos los que pueden venir.

—¿Qué otros programas específicos tienen?

—A través de la Guardia Civil de Tráfico y del 112 nos llegan víctimas de accidentes de tráfico. Acuden a psicólogo y si tienen lagunas de memoria también tenemos un taller. Nos preocupa el tema del suicidio: hay más víctimas que por accidentes de tráfico y no tenemos un plan nacional de prevención del suicidio.

—¿Cuál es la estrategia del Teléfono de la Esperanza ante personas en riesgo de suicidio?

—La escucha es siempre nuestra herramienta. Ahora se está haciendo hincapié en los centros de salud para que informen y abordar la prevención del suicidio.

—¿Le ha tocado algún caso al otro lado del teléfono?

—Dos intentos de suicidio. Una persona que se había tomado un frasco de pastillas. Mientras hablaba con ella, por el otro teléfono llamé al 091. Tuve la suerte de saber que se había evitado. Un día me llamó una persona que dijo que estaba muy enfadada porque le habíamos salvado la vida. Otro chico que iba a tirarse desde un puente de la autopista, dijo al final de la conversación: «Mi vida no termina aquí, empieza hoy».

—¿Cuál es el secreto de la escucha? ¿Por qué funciona?

—Lo importante es no dar consejos, no decirle a la gente: «Tienes que hacer...». Hay que actuar con respeto, callar y aceptar realmente a la persona. La pregunta clave es ¿para qué?.

—¿Cuál es el problema máscomún de las personas que llaman?

—El principal problema es que no creen en sí mismos. Por lasvivencias o la situación que tienen en ese momento se piensan que son una mierda en el mundo. Hasta que se les hace entender que ellos son lo principal y fundamental cuesta Dios y ayuda. Algunos dicen que no encuentran trabajo pese a tener una formación. En realidad no saben quiénes son. La falta de salud emocional genera grandes carencias. Hay personas que nunca encontraban trabajo y han salido de aquí y lo han encontrado. Poco a poco han cambiado el pensamiento. «Piensa bien para sentirte mejor», decimos aquí.

—¿Llaman personas con problemas de salud mental?

—Sí, con diagósticos diversos (esquizofrenia, trastorno bipolar,TOC) y también de alcoholismo, drogas y gente muy joven.

—¿Más hombres o mujeres?

—Llaman más las mujeres, pero últimamente hay más hombres. Toman conciencia de que si cambian y dejan de ser el macho la vida les sonríe más.

—La elaboración del duelo es otro de los temas de sus talleres. ¿Por qué es importante?

—He tenido casos muy extremos, como una mujer víctima de un marido alcohólico que cuando se queda viuda, en lugar de liberarse se encierra en casa y no sale ni al jardín. Ha vivido mal y encima se queda con la culpa. El duelo hay que elaborarlo y no nos han enseñado. Antes se solucionaba con la resignación.

—¿Necesitan personas voluntarias?

—Sí. Somos unas 40 personas y necesitamos voluntarios comprometidos. Que tengan motivación con la causa y que les guste estar al lado de la gente que sufre.

—¿Tienen que formarse?

—Se necesita año y medio o dos años de formación.

—¿Habría que cambiar también el entorno social, laboral,etc. que a veces acorrala a la gente?

—Es verdad que muchas veces el entorno no es propicio, pero la salida trata no tanto de lo que me hacen sino de lo que hago yo. Siempre que tengo dificultades me fijo en la montaña. Siempre está igual. La resiliencia es fundamental para afrontar las cosas que te llegan en la vida.

—¿Qué impacto tuvo la crisis?

—Con más llamadas y también gente con dependencia al Teléfono de la Esperanza.

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