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Para no morir por las setas
Francisco Rebollo habla hoy de intoxicaciones en la Semana Micológica y cómo evitarlas
Francisco Rebollo habla hoy de la toxicidad de las setas en la Semana Micológica. MARCIANO PÉREZ
Las setas son un alimento preciado, pero pueden ser letales. Un 8% de las personas que sufren intoxicaciones graves, fallecen. Y podrían ser hasta el 30% si no fuera porque los trasplantes hepáticos han mermado la mortalidad, afirma Francisco Rebollo, que hoy ofrece una charla en la LXIV Semana Micológica que organiza la Sociedad Micológica Leonesa San Jorge.
A las 20.00 horas en el Salón de los Reyes del edificio consistorial de San Marcelo, Rebollo ilustra sobre las intoxicaciones por setas. La «ignorancia y la confusión», que vienen a ser lo mismo, son las principales causas de estos problemas. También las falsas creencias pueden inducir a la intoxicación: «Cosas como que si huelen bien o crecen en los prados no son tóxicas no son ciertas», explica.
La Amanitas faloides, que es el prototipo de toxicidad, se puede dar «en cualquier monte a muy pocos kilómetros de León», apostilla. Rebollo aconseja salir al campo siempre con atlas y consultar a las sociedades micológicas, como la leonesa que todos los lunes abre su local de Alfonso IX, 1 Sótano para asesorar a los seteros.
Según el experto, existen dos tipos de intoxicaciones, «las de latencia corta, que se manifiestan antes de las seis horas después de haber ingerido las setas, y las de latencia que se manifiestan de las 6 horas en adelante y pueden presentar sintomatología hasta 15 días después», apunta.
Las primeras suelen ser de carácter más leve que las segundas, que pueden producir daños graves e incluso la muerte. «No existen datos sobre el número de intoxicaciones reales, pero sabemos que entre las graves, conocidas como faloidianas, «producen hasta un 8% de mortalidad». Asimismo, se estima que entre las intoxicaciones graves algo más del 20% se salvan gracias a los trasplantes de hígado. Otras intoxicaciones graves pueden causar problemas renales y requerir hospitalización.
La toxicidad varía por temporadas. «Este año que no hay setas tampoco hay intoxicaciones», indica Rebollo. En su opinión, los controles sobre la comercialización de setas silvestres evitan que se vendan sin ser examinadas previamente por veterinarios o servicios sanitarios.
Rebollo señala que es necesario informarse bien incluso en las zonas acotadas para recoger setas ya que en León, salvo excepciones, no existen cotos que cuenten con personal que informe sobre las setas que se recogen En este sentido, defiende cotos con fines turísticos familiares y sostenibles, frente al modelo «economicista» que, en su opinión, se ha implantado en la provincia de León. La irregularidad de las setas en la provincia, al contrario de lo que sucede en Soria, hace más difícil contar con guías micológicos.