María Lafuente se pone las botas
La diseñadora se une a la marca Mimao para lanzar una colección limitada de calzado de fabricación sostenible.
PACHO RODRÍGUEZ | MADRID
Aunque no es la primera vez, sí se trata de una incursión inicial de María Lafuente en el mundo del calzado de la mano de Mimao. Y en ese caso se trata de ponerse las botas a todo color, «colores muy María Lafuente», matiza, y que desde esta semana ya se encuentran a la venta para público en general. En el caso de la diseñadora asturleonesa ya se sabe que siempre incorpora su sello especial o algunas características que hacen de su obra siempre un adjetivo que bien podría definirse con su propio nombre.
Ella misma define esta iniciativa como «un primer paso que hemos querido dar en pequeñito con vistas a hacer más cosas. Y se trata de una botas en parte representan mi forma de vestir y de crear, y además creo que son sencillas, muy para ponerse mucho, con un tacón no muy exagerado y muy cómodas», relata. El resultado además tiene un origen que también encaja con la filosofía Lafuente y que en ese caso viene dado por la propia marca. Se trata de una empresa con sede en Fuenlabrada pero que trabaja en todo su proceso con la premisa de todo hecho en España. Ese made in Spain supone la fabricación en tierras levantinas, el uso de materiales hechos aquí, y el empleo de un cuero de alta calidad, que se traduce en un calzado muy cómodo, como fue destacado en la presentación llevada a cabo este miércoles, en la que junto a María Lafuente, y otros representantes de la empresa, se encontraba Rafael Muñoz, gerente de Mimao.
En concreto, la colección presentada tiene esa característica de María Lafuente de su amor por los colores y los proyectos innovadores. Por un lado, sus colores: negro, rojo, azul, verde caqui, oro, plata, marrón. Y por otro, la innovación que supone que su venta se realiza exclusivamente online, y que es una brecha de negocio abierta por la propia marca desde hace dos años y con unos resultados más que satisfactorios con una comunidad de 500.000 personas. Y con un nombre propio culpable de este éxito en la figura de su community manager, Aaron Vilas, de quien se puede extraer una frase de cabecera e impacto: la moda no se sigue, se marca.