«A veces, lo primero es dar una solución psicológica»

ana gaitero | león

La Unidad de Obesidad de Alto Riesgo del Caule atienden cada año a 150 nuevos pacientes que tienen obesidad severa o enfermadades graves asociadas a la obesidad. «Nos coordinamos con el equipo de Psiquiatría y Psicología porque a veces lo primero que hay que darle a estas personas es una solución psicológica», afirma María Ballesteros, responsable de la Unidad de Responsable de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética de la Sección de Endocrinología y Nutrición del Caule.

Se considera obesidad a las personas con un índice de masa corporal por encima de 40 o que siendo este inferior, padecen enfermedades graves asociadas. El normopeso está fijado para un índice de masa corporal por debajo de 25. Entre 25 y 30 es sobrepeso, entre 20 y 35 obesidad de grado 1, hasta 40 obesidad de grado 2 y a partir de esta cifra obesidad severa.

Sin embargo, cada vez se le otorga mayor importancia al porcentaje de grasa que a la masa corporal. «Hay personas que presentan índices normales de masa corporal y debido a que llevan una vida sedentaria u otros factores tienen un porcentaje de grasa que puede indicar obesidad», explica la doctora Ballesteros.

En hombres, más de un 25% de grasa es considerado indicador de obesidad mientras que en las mujeres se sitúa en el 33%. «Lo que se relaciona con las repercusiones médicas de la obesidad es el porcentaje de grasa, no el peso», subraya. En definitiva, es la grasa la que influye más en el desarrollo de enfermedades como la hipertensión, la diabetes, la artrosis y otras.

Para prevenir la obesidad cada vez se hace más incidencia en promover hábitos de vida saludable que van más allá del tipo de alimentos que se comen. La dieta emocional y de rutinas diarias, como los horarios de comida, sueño y ejercicio, tienen también repercusiones en el peso de las personas.