Diario de León

EL NUEVO CONSUMO

De plaga a negocio

Comeremos insectos sí o sí. Una decena de empresas en España están preparadas para criar insectos para el consumo humano. Tienen hasta el 1 de enero de 2019 para presentar la solicitud que les permita comercializar los productos. Carrefour de León los vende procedentes de países europeos que ya tienen la autorización. El académico de León Carlos Alonso Calleja explica que los tomaremos en harinas y en complementos alimenticios vigorizantes. Los comeremos pero no los veremos. O sí.

Insectos para consumo humano en Carrefour. MARCIANO PÉREZ.

Insectos para consumo humano en Carrefour. MARCIANO PÉREZ.

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CARMEN TAPIA | LEÓN
León

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La aparición del tenebrio molitor en la harina era un desastre para los productores, un gusano que destrozaba la producción. Este mismo bicho ahora es uno de los más codiciados por los visionarios de la alimentación del futuro que, alentados por las recomendaciones de la FAO (Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) que atribuye a los insectos beneficios nutricionales, medioambientales y sanitarios, crían ya este gusano para fabricar harinas y piensos para animales y preparan sus instalaciones para comercializarlos para el consumo humano.

El académico de número de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León, Carlos Alonso Calleja, cree que las proteínas de los gusanos (larvas de los insectos) y los insectos los convierte en un «superalimento» que, tras las autorizaciones que esperan las empresas españolas, se podrán convertir en harinas, condimentos o alimentos y bebidas energéticas para los deportistas o personas con carencias nutricionales. «Actualmente ya se hace en la alimentación animal y el gran salto se producirá para el consumo humano».

La empresa mejor situada estratégica y comercialmente para este negocio en España está en Salamanca. MealFood Europe se dedica a la cría del tenebrio molitor para los piensos animales. «Tenemos una parte importante preparada para comenzar con la comercialización para alimentación humana en cuanto nos llegue la certificación europa. Ya hemos presentado todos los documentos», explica a este periódico la directora general de la empresa, Adriana Casillas. «Es un mercado muy nuevo y todavía no sabemos cómo evolucionará, pero nosotros apostamos por este gusano por sus cualidades nutricionales y organoléptica. Fuimos la primera empresa europea en conseguir la autorización para el mercado animal en 2015 y esperamos ser la primera para el mercado humano». Casillas no da cifras y cuantifica el mercado previsto en «toneladas».

El dirigente de Ugal-UPA, Matías Llorente, destaca el valor proteico de los insectos «pero no creo que en León arraigue porque su consumo es cultural y aquí no tenemos esa cultura, a no ser que se haga por necesidad. Puede que en un futuro haya alguna granja que se dedique a eso pero ahora no deja de ser una curiosidad en las ferias de alimentación».

La curiosidad es lo que lleva a los leoneses a probar los insectos que ya se comercializan en Carrefour. «Son productos que forman ya parte del surtido habitual de nuestras tiendas y aunque no podemos facilitar datos concretos de ventas, si podemos confirmar que los resultados siguen siendo muy positivos», explican fuentes de la superficie comercial. «La compañía tiene como objetivo convertirse en referente de la transición alimentaria para poder ofrecer a sus clientes, todos los días, una alimentación de calidad, fiable y a un precio razonable».

Los nuevos alimentos son ricos en proteínas, consumen pocos recursos de agua y producen un 99% menos de gases de efecto invernadero.

En el supermercado venden barritas energéticas con grillos (con sabor a chocolate e higo y manzana, canela y caramelo); snack de gusanos con hierbas y ajo; aperitivos de grillo con cebolla sabor barbacoa y con salsa chilly; pasta (fusili y macarroni) elaborada con harina de insecto; granola de insectos con chocolate negro o con frambuesa y semilla de calabaza y aperitivos de saltamontes crujientes con pimienta y tomates secos.

Los cocineros de León son prudentes. Jesús Prieto (hijo), de restaurante Serrano, no baraja la posibilidad de incorporar insectos en un menú degustación «aunque no estamos cerrados a introducir productos nuevos. Creo que el consumo de insectos es algo cultural y no es nuestra cultura. Nosotros apostamos por productos de la tierra para consumirlos en la tierra».

El cocinero Alfredo López, de Restaurante Pablo, asegura que apuestan por productos de León «aunque estamos abiertos a todas las novedades, nosotros trabajamos productos de León». En la misma línea se pronuncia Pedro Castillo, de Casa Coscolo. «Lo veo lejos, ni me lo planteo. No los he visto ni en los congresos de cocina a los que he asistido».

Los insectos para consumo humano que se venden en España proceden de países con autorización para su comercialización como Bélgica, Australia, Finlandia, Dinamarca, Reino Unido y Holanda. «Los productores españoles están enfadados porque aquí todavía no tienen autorización para hacerlo y sí se pueden vender los que llegan de algunos de esos países», explica Carlos Alonso Calleja.

Nuevos alimentos

Desde el 1 de enero de 2018 es de aplicación en todos los Estados miembros de la Unión Europea el reglamento que regula los nuevos alimentos. Los insectos están incluidos en la definición de «nuevos alimentos». Cualquier operador que quiera comercializar insectos para alimentación humana en la Unión Europea debe presentar una solicitud de autorización.

Para los insectos enteros que se comercialicen en los Estados miembros de la UE que toleran su presencia en el mercado, el reglamento prevé un periodo de transición en el que podrán seguir comercializando hasta que se adopte una decisión unánime. Ese periodo acaba el 1 de enero de 2019 para que las empresas que comercializan estos insectos estén incluidas en el listado y podrán comercializar hasta enero de 2020, fecha en la que deberá haber una decisión sobre si se incluye en la lista o no.

«España no ha abandonado del todo esta costumbre romana de comer insectos. Los vemos dentro de las frutas como las manzanas, lo que llamamos cocos, están como pequeños ácaros en algunos alimentos».

Según datos de la FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos, se calcula que consumimos, sin darnos cuenta, entre 453 y 907 gramos de insectos al año. Según los estudios nutricionales sobre los insectos, contienen hasta un 40 o 50% de proteínas.

«Comeremos insectos en hamburguesas y croquetas. No los veremos pero estarán ahí. Yo he hecho experimentos con mis alumnos y si no ven el animal se atreven a probarlo. Lo de tomarse un plato de insectos será algo exótico que no todo el mundo probará porque es algo cultural».

Según la FAO, para el año 2030 el mundo tendrá que alimentar a 9.000 millones de personas cuando la agricultura ya no será es una opción sostenible, los océanos estarán sobreexplotados, habrá escasez de agua y el cambio climático complicará la producción de los alimentos.

Se calcula que 2.000 millones de personas consumen insectos en el mundo.

«En España comemos mariscos, que no hay mucha diferencia», destaca Carlos Alonso, que insiste en la gran cantidad de proteínas que contienen estos bichos. Larvas, gusanos, grillos y saltamontes son una importante fuente de proteínas similar a alimentos como los huevos o la carne.

Desde el servicio de Seguridad Alimentaria de la Junta aseguran que los insectos se someten a las mismas inspecciones que el resto de los alimentos.

Insectos para consumo humano en Carrefour. MARCIANO PÉREZ.

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