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CASTIGO SALVAJE

Dos años de cárcel por sumergir a una niña en agua hirviendo

Un hombre ha aceptado una condena de dos años de prisión y la obligación de seguir un curso de sensibilización sobre el maltrato por las lesiones que provocó a una niña que tenía a su cargo, a la que castigó sumergiéndola en una bañera con agua hirviendo.

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E
León

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Un hombre ha aceptado una condena de dos años de prisión y la obligación de seguir un curso de sensibilización sobre el maltrato por las lesiones que provocó a una niña que tenía a su cargo, a la que castigó sumergiéndola en una bañera con agua hirviendo.

En su sentencia, que es firme, la sección 22ª de la Audiencia de Barcelona condena al procesado, Luis Antonio Abarca, por un delito de lesiones y le impone una pena de dos años de cárcel, que le quedará suspendida durante un plazo de cinco años, siempre que no delinca durante ese periodo.

La condena es fruto del acuerdo a que el procesado llegó con la acusación particular ejercida por la víctima y con la Fiscalía, a cambio de reconocer los hechos que se le imputaban e indemnizar a la menor con 50.000 euros, que pagará en cuotas mensuales de 1.000.

Curso de sensibilización sobre maltrato infantil

Además, la condena incluye la obligación del acusado de seguir un curso de sensibilización sobre maltrato infantil, como condición para no entrar en prisión a cumplir los dos años de cárcel impuestos.

Luis Antonio Abarca reconoció al tribunal, ante el que compareció el pasado 8 de noviembre, que la tarde del 19 de agosto de 2013 sumergió en una bañera con agua hirviendo a una niña de cinco años a la que él y su pareja tenían a su cargo en Terrassa (Vallès Occidental).

A consecuencia del castigo infligido, la menor sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 18 % de su superficie corporal por las que permaneció hospitalizada 39 días y que le han dejado distintas secuelas, de las que ha tenido que ser intervenida por cirugía plástica en repetidas ocasiones.

Entre otras secuelas, la menor sufre una reducción de la flexión de los pies por las cicatrices que le quedaron, que según reconoce la sentencia le causan un "perjuicio estético moderado".

El tribunal, que prohíbe al condenado acercarse o mantener contacto con la menor durante cinco años, reconoce que el propio acusado llamó a emergencias médicas tras las heridas que provocó a la menor con el agua hirviendo y que ya la ha indemnizado con 15.000 euros por los daños causados