Diario de León

Acerca del Pacto mundial de Migración

Publicado por
OPINIÓN Plataforma de Apoyo a las Personas Refugiadas de León
León

Creado:

Actualizado:

L os movimientos de población han sido, son y serán elementos transformadores de la historia. No hay pueblos puros ni naciones exentas de sus contornos. Tampoco hay pueblos inmóviles ni naciones estancas. La historia es movimiento: a veces de salida, a veces de entrada, a veces se genera emigración y otras veces, inmigración. Aún con todo, no son estos los únicos flujos de seres humanos sobre el planeta: las personas exiliadas y refugiadas forman otra expresión dramática de ese mismo fenómeno; pero también nos mueve el comercio, el turismo, el estudio… Nada ni nadie permanece. Y mucho menos todavía en un mundo global como el presente.

Comprender esto, incluso debatir sobre esto, es una premisa imprescindible para que tales hechos tengan cierta racionalidad, así en su explicación como en su gobierno. Hablar de ello fuera de dichos márgenes es manipulación y engaño. Por ese motivo, conviene conocer el resultado del acuerdo sobre migraciones que se firmó ayer en Marrakech, con el que se pretende una mayor cooperación entre estados y que apuesta por políticas de integración.

Se trata de un acuerdo no vinculante, lo cual es muy significativo, que se ha redactado en el marco de la ONU, aunque ya varios países, con los Estados Unidos a la cabeza, se han desmarcado de él. También en la Unión Europea, de la que formamos parte, provoca tensiones más bien estériles e interesadas. Es decir, discutimos y nos rasgamos las vestiduras ante una simple declaración de intenciones con 18 meses de consultas y negociaciones a cuestas. Ni es una improvisación, pues, ni se ha elaborado de espaldas a nadie.

Naturalmente, las posiciones ultranacionalistas se sienten ofendidas y orientan a sus ciudadanías a confundir los efectos con las causas, a situar en primer plano las consecuencias antes que los orígenes de los problemas y a simplificar todo tipo de análisis en un binomio elemental: yo frente al otro, yo frente a la otra. Siguiendo a Sartre sin haberlo leído, faltaría más, convierten al otro en el infierno y prometen el paraíso si lo arrojamos fuera de nuestra esfera doméstica. No puede haber mayor necedad.

Es cierto así mismo que no todas las circunstancias que originan estos movimientos son siempre idénticas y quizá porque las actuales son especialmente novedosas nos crecen la incertidumbre y el rechazo. Esto es, nos dejamos influir más fácilmente por mensajes alarmistas y olvidamos con facilidad la realidad terrible de más de 60.000 personas muertas desde el año 2000 en el mar, en el desierto y en todo viaje migratorio. Esto es lo que ocurre en Europa en particular. Lo señalaba recientemente Ángela Merkel al afirmar: «Hay gente que piensa que pueden resolver todo solos y que no necesitan pensar en nadie más, y esa es la forma más pura de nacionalismo». Tal vez, entonces, la primera fórmula para tener un criterio más equilibrado sobre el asunto pase por sustituir cuanto antes lo nacional por lo humano.

La segunda habría de ser actuar sobre el núcleo de los desplazamientos: sobre las guerras, la pobreza, las desigualdades, el cambio climático, el fanatismo, etc. Y la tercera romper los verdaderos muros que nos separan y que impiden la convivencia: recuperar el valor del trabajo, alejar la fiebre consumista, apartar del horizonte los vicios financieros y especulativos, etc. No es fácil, es verdad, pero no hay mejor ni más justo programa electoral. Los otros son solo programas de odio.

Mientras tanto, conformémonos con lo que las Naciones Unidas han llamado Pacto Mundial sobre Migración, compuesto por 23 principios generales que cada país se compromete a respetar en sus políticas migratorias nacionales. Porque al cabo serán los gobiernos los que determinen, cada uno en su caso, cómo los aplicarán. Y en ello, claro, será determinante el grado de presión de los movimientos sociales y ciudadanos.

Por nuestra parte, desde la Plataforma de Apoyo a las Personas Refugiadas de León, animamos al conocimiento de ese Pacto y al compromiso con lo que en él está escrito. Es el punto de partida.

tracking