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DISCAPACIDAD

«Es mi derecho, ya decidiré si voto»

Votarán por primera vez o recuperarán ese derecho tras ser inhabilitados por un juez. La reforma de la Ley Electoral devuelve el voto a 1.616 leoneses inhabilitados por discapacidad intelectual o mental. Ahora decidirán si votan y a quién votan, como cualquier ciudadano..

Personas con discapacidad, familiares y gestores de As

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León

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carmen Tapia | león

La reforma de la Ley Electoral permitirá votar a 1.616 personas que en León están inhabilitadas por un juez para ejercer ese derecho por su discapacidad intelectual o mental. Un avance que, según el delegado de Derechos Humanos del Cermi (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), Jesús Martín, «reconoce el sufragio a todas las personas sin que ninguna instancia pública pueda prohibirlo». A partir de ahora, no habrá ningún juicio previo a ninguna persona sobre la capacidad de discernimiento del sentido de su voto. «Si hay casos esporádicos en los que se deniegue el acto de votar, por la situación personal extrema de cada persona, podrá recurrirse a la Junta Electoral porque nadie puede, a partir de ahora, denegar el derecho al voto a una personas con discapacidad intelectual o mental. Estamos en un Estado de derecho y las leyes estaban mal formuladas».

No todas las personas con discapacidad intelectual o mental están inhabilitadas por un juez para votar. En los últimos cinco años los jueces han octuplicado el número de sentencias que retiran el derecho al voto. En las Elecciones Generales del año 2000 no pudieron votar por esta causa 202 personas en León. En las últimas elecciones del año 2015 la cifra aumentó a 1.616. León es la segunda provincia con más inhabilitaciones, por detrás de Valladolid, que suma 1.727.

Es el caso de la hermana de María Teresa Prieto. «Mi hermana tiene 40 años y siempre votó. Hasta que murieron mis padres y me hice cargo de su tutela y tuve que incapacitarla para proteger sus bienes. En el mismo proceso llegó la carta de inhabilitación para votar. Tuve que ponerle mil excusas para que no se enterara de que la habían inhabilitado para ejercer ese derecho. Ahora podrá votar de nuevo».

«Las familias y la asociaciones hemos luchado por romper una dinámica que no era fácil, asegura el presidente de Asprona, José María Martínez. «Había que mentalizar a la sociedad de que las personas con discapacidad tienen los mismos derechos».

«Yo me considero un afortunado. Siempre voté». Diego Abad es el representante de las personas con discapacidad dentro del movimiento Plena Inclusión. Diego tiene una discapacidad por un trastorno de personalidad. «Hemos conseguido un gran avance. Yo he votado desde los 18 años. Esperemos que este derecho traiga otros como el derecho al trabajo, la vida propia, salarios dignos para una vida independiente con el apoyo de nuestras familias y las instituciones».

Diego conoce bien la dinámica de las elecciones. «He seguido con interés todo lo que ha pasado en Andalucía. Todavía no sé a quién votaré este año, pero tengo claro que no será ni a Vox ni a Podemos», afirma.

Borja Ugarte está tutelado por Asprona. Toca la guitarra y la batería. «Es un gran músico», dice el gerente de Asprona, Pedro Barrio. Votó a los 18 años y desde que está tutelado por la asociación el juez decidió inhabilitarlo. Tiene el síndrome del espectro autista. A sus 29 años, gracias al cambio de la Ley Electoral, volverá a votar. «Me parece muy bien. Este año votaré». Borja es parco en palabras pero tiene claro que su prioridad es «que nos suban las pensiones».

Rosa Gallego Gutiérrez tiene 50 años y una discapacidad intelectual por la que un juez la inhabilitó. Nunca ha votado. «Me parece bien que me devuelvan ese derecho, pero todavía no sé si votaré. Nunca me ha preocupado. Lo que necesitamos es que nos reduzcan el copago que pagamos por los servicios».

La indecisión de Rosa la hora de votar no será el único casos. La mayoría de las personas inhabilitadas desconocen la dinámica de las elecciones. A partir de ahora, familias y asociaciones inician un trabajo conjunto entre tutores y personas afectadas.

«Presentaremos los programas electorales a lectura fácil, les explicaremos la dinámica e intentaremos potenciar en ellos ese derecho que ahora se les reconoce. Les prepararemos para que voten libremente. El resto depende de sus familias y de sus conciencias».

«El empeño del movimiento asociativo intelectual y mental es dar respuesta a las necesidades. Haremos un estudio con la incidencia del voto y la participación», asegura el gerente Pedro Barrio.

El objetivo es introducir la dinámica de las elecciones, de la que gran parte de ellos estaban ajenos, en sus dinámicas diarias. «Necesitamos procesos electorales simplificados y accesibles, igual que los colegios electorales, con personal de apoyo si lo necesitan», asegura el gerente, Pedro Barrio.