CIFRAS PROVISIONALES
España registra 273 accidentes con patinetes eléctricos
El fiscal de Seguridad Vial pide a las policiales locales que extremen la vigilancia ante los nuevos vehículos
España ha registrado 273 accidentes con patinetes eléctricos en los dos últimos años. De ellos, unos 200 fueron atribuibles al patinador, que se saltó las normas de seguridad vial. En dos casos hubo víctimas mortales (una mujer atropellada y una patinadora). Así lo ha anunciado esta mañana el fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, que ha enviado a todas las policías locales un comunicado para recordarles la normativa vigente y la necesidad de extremar la vigilancia ante un medio de transporte sostenible y beneficioso para las ciudades pero que, a pesar de que “lo vayan a reglar este año los Reyes Magos”, en ningún caso se trata de un juguete.
Convencido de que las ciudades del futuro pasan por la “convivencia enriquecedora de los peatones, ciclistas, conductores y patinadores”, el fiscal ha recordado que, en caso de accidente, los patinadores se enfrentan a un posible delito de imprudencia con resultado de lesiones, castigado con penas de tres meses a tres años de cárcel.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ya está trabajando en una normativa especifica. De hecho, el fiscal ha asegurado que recabará más información de los ayuntamientos para poder plantear futuras regulaciones respecto a un posible seguro del patinador.
“El patinete electrónico aporta soluciones de movilidad a las ciudades. Pero la convivencia es compleja y se deben respetar las normas”, ha insistido Vargas tras recordar que las aceras son “sagradas para los peatones” y en que en caso de incumplimiento de las normas la policía puede retirar el patinete al infractor. Vargas también ha destacado que ayuntamientos y empresas pueden ser responsables subsidiarias en caso de atropello. A falta de seguro, el fiscal insta a la policía a investigar los bienes del patinador infractor porque la víctima “no puede quedarse desprotegida”.
El fiscal coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, ha enviado hoy ese oficio a todas las policías locales de España, a las que ha instado que se esmeren en la investigación de los atropellos originados por patinetes y por ciclistas, dada la cifra negra de accidentes de este tipo. Así lo ha anunciado Vargas en una rueda de prensa para analizar la responsabilidad penal y civil en la siniestralidad urbana, entre ellas las relativas al uso de los patinetes en las ciudades, pero también el tránsito de ciclistas y los riesgos que acucian a los peatones.
Según los datos facilitados por la Fiscalía, en los once primeros meses de este año se han contabilizado en 44 ciudades 273 accidentes con patinetes con lesiones y, de ellos, en 203 habría en principio una responsabilidad del patinador. Debido a la falta de denuncia y a la fuga en muchas ocasiones del autor, la Fiscalía sospecha que hay una cifra negra de accidentes por el uso del patinete que, según Vargas, "no es un juguete" y necesita una urgente regulación, pero también una investigación esmerada de las policías locales, que podrán proceder a la retirada y depósito de este medio. Tampoco están cuantificadas las denuncias por infracciones administrativas, pero solo en Barcelona se han impuesto hasta ahora 2.300.
¿Qué pasa con la responsabilidad del supuesto autor del atropello? El fiscal coordinador ha considerado que mientras se afrontan las reformas pertinentes, en el caso de atropello a peatones por bicicletas o por patinetes, las policías pueden instruir un atestado por homicidio imprudente en caso de muerte o por imprudencia grave por lesiones. Es decir, la Policía debe abrir un procedimiento penal por unos delitos castigados en el Código Penal con entre uno y cuatro años de cárcel en el caso de fallecimiento y de entre tres meses y tres años de prisión en el delito de imprudencia grave primero.
Y para que las víctimas no se quedan desasistidas, la Fiscalía quiere también que las policías indaguen sobre el patrimonio de esas personas y sus bienes a fin de que puedan hacer frente a la responsabilidad civil por su acción.
ACERAS SAGRADAS
Tras recordar que las aceras y zonas peatonales son "sagradas" para el viandante y por ellas no deben circular ni bicis ni patinetes, el fiscal ha alertado del desconocimiento de las normas viales por parte de los usuarios de ambos medios de locomoción y ha trasladado la queja de los municipios del "incumplimiento generalizado" de las mismas.
Por todo ello, la Fiscalía también recuerda a las policías municipales que pueden ejercer sus facultades de retirada y depósito del vehículo implicado, es decir, de la bici y del patinete.
A todo ello, el oficio de la Fiscalía pide que se mejore la supervisión del cumplimiento de las normas por parte de esos usuarios de la vía, se incrementen los controles de alcohol y drogas y se denuncie aspectos como el de no cerciorarse de que el vehículo está en las debidas condiciones técnicas.
De "novedosa y brusca" califica el fiscal la irrupción del patinete eléctrico, aún sin regular. Aun reconociendo que tiene "indudables" ventajas para los desplazamientos, están generando situaciones de "incertidumbre y riesgos", con una progresión además de la accidentalidad. Y todo ello porque, entre otras cosas, no hay formación sobre su uso, muchos son manipulados con tutoriales de Internet para alcanzar velocidades de hasta 70 km/h (más que lo permitido para ciclomotores), se saltan los semáforos y hasta los usuarios lo conducen a la vez que usan el móvil.
"En todo caso -resume el oficio de la Fiscalía-, falta conciencia de respeto a las normas" y, por ello, también debe plantearse las responsabilidades a las empresas vendedoras y comercializadoras para que se esmeren en las instrucciones de uso, y a los ayuntamientos para promover cursos de formación.
Hay algo que también preocupa a Vargas: la alegalidad con la que se desplaza un número relevante de patinetes respecto a requisitos técnicos de fabricación y comercialización.
Vargas es tajante. El hecho de que no se les aplique la normativa de vehículos a motor, no le exime de cumplir las normas de seguridad vial ni de contar con las mínimas condiciones para provocar el mínimo riesgo a la circulación y, sobre todo, a los peatones.