Diario de León

lo que la niebla podría regalar

Agua de niebla para paliar la sequía en León

Mínimo 15.000 litros al año con tres mallas. Y de ahí para arriba. El técnico de Medio Ambiente, Javier Martínez de Orueta, imparte un taller en la Fundación Cerezales sobre nieblas. Capturar el agua de veinte días de niebla en León ayudaría a paliar la sequía..

Javier Martínez de Orueta imparte el taller en la Fundación Cerezales. DL

Javier Martínez de Orueta imparte el taller en la Fundación Cerezales. DL

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carmen Tapia | león

Colocar tres mallas de 36 metros cuadrados en cualquier punto ayudaría a capturar 15.000 litros de agua durante los 20 días de niebla de media que hay en León, un fenómeno meteorológico que comienza ahora con la llegada del invierno. El técnico de Medio Ambiente, Javier Martínez de Orueta, imparte un taller sobre nieblas en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia. A Nubla. Ecología a ras de atmósfera, acude gente del mundo rural para entender cómo funciona la atmósfera y por qué las nieblas son habituales en invierno y las tormentas en primavera y verano. Es lo que el divulgador Martínez de Orueta denomina Etnometeorología, conocimientos populares sobre el clima y las nubes.

Con la llegada del invierno esta noche a las 23.23 horas, las nieblas harán acto de presencia durante veinte días de media en León a lo lardo de los 89 días de frío continuo. «Estamos bajo la influencia de un anticiclón, lo que significa que habrá sol y estabilidad, pero también un denso aire frío que tiende a bajar a la superficie con poco vapor de agua. Como el sol incide en el suelo por el día, por la noche esa energía se escapa a la atmósfera, se condensa y da lugar a la niebla», explica Orueta.

El técnico de Medio Ambiente apuesta por utilizar la niebla como recurso hídrico para paliar la sequía de León. «Hay proyectos de investigación que estudian las nieblas como recursos hídricos alternativos en las zonas en las que hay pocos días de lluvia».

Uno de esos ensayos científicos se hizo el año pasado en Gran Canaria con 27 captadores de agua de niebla en una de las mejores zonas de la vertiente Norte y una captura de 15.000 litros al año por cada recogedor de agua de la atmósfera. «El procedimiento es sencillo y económico. Se colocan mallas o paneles en el campo. A medida que avanza la niebla, las gotas de agua se quedan en la malla y por la acción de la gravedad descienden a una superficie con un canalón, que es el que la recoge y la distribuye o la almacena. Se puede utilizar para regar o para uso doméstico. Es necesario investigar y hacer pruebas en León para conocer las posibilidades de este sistema. La niebla puede ser un aporte hídrico muy necesario para combatir el cambio climático. Tenemos que sacarle beneficio a esa agua para regar y para consumo doméstico».

Pero las nieblas que llegan ahora ayudan a los agricultores en las labores del campo. «Esta niebla viene muy bien para sembrar los cereales de invierno porque los árboles y la vegetación en general capturan el agua disponible en el aire y se mantienen nutridas».

Las nieblas también tienen su lado oscuro. La llegada de las primeras nieblas son temidas por los médicos. La niebla actúa como tapa de las capas bajas de aire, no dejando circular corrientes de aire nuevo, aumentando las concentraciones de partículas en suspensión perjudiciales para nuestros organismos. A partir de ahora aumentan los problemas respiratorios para las personas con enfermedades crónicas. Es el tiempo del colapso de las urgencias hospitalarias. La media de asistencia a urgencias hospitalarias es de 320 pacientes al día, pero en invierno pueden superar los 400.

La niebla complica el tráfico. La suspensión de las gotas de agua muy pequeñas en el aire que reducen la visibilidad a menos de 1 Kilómetro. Si la niebla es espesa la visibilidad no alcanza los 200 metros. «Y si estamos en el monte puede bajar la niebla en un momento y dificultar el camino de regreso», alerta Orueta.

El misterio en el arte

Al curso sobre las nieblas que imparte Javier Martínez no sólo acude gente del mundo rural. El arte y el diseño siempre se ha interesado por la plasticidad de las nieblas. «En las seis sesiones que dura el ciclo explicaremos cómo una disciplina del arte, en este caso la pintura, integra la meteorología y las nubes en muchas representaciones de cuadros y lienzos. Los asistentes adquieren herramientas para crear, diseñar o fabricar procesos de conocimiento propios, incluso compartir información sobre algunos proyectos que puedan fusionar el mundo de la ciencia y el arte».

Orueta pone como ejemplo a Caspar David Friedrich, el principal exponente de la pintura romántica alemana que plasmó la niebla en un número significativo de cuatros. Entre ellos están algunos paisajes de León de los años 1821 y 1823. O los pintados por el belga Carlos de Haes en 1974, que retrató el paisaje atmosférico de los Picos de Europa.

Los participantes realizarán un nubario con una recopilación de fotografías o dibujos de nubes que hayan realizado durante el ciclo.

En el curso se plantearán preguntas como si es lo mismo el clima y el tiempo, la aplicación práctica de la observación de las nubes en la vida cotidiana de las personas, las características del clima de Asturias y León y cómo influye en la vegetación de la provincia, entre otros aspectos.

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