Diario de León

MEMORIA HISTÓRICA

La fosa que se abrió en un filandón

Los restos de Francisco Alonso, paseado en Geras en 1937, reposan ya en Trobajo del Camino junto a su esposa Nicolasa.

Acto de despedida a Francisco Alonso, ayer en la Junta Vecinal de Trobajo del Camino. MARCIANO PÉREZ

Acto de despedida a Francisco Alonso, ayer en la Junta Vecinal de Trobajo del Camino. MARCIANO PÉREZ

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ana gaitero | trobajo del camino

Cuando Gonzalo sea mayor sabrá que estuvo en el entierro de su tatarabuelo Francisco. Le contarán que una mañana fría y húmeda de diciembre Francisco y Nicolasa, su tatarabuela, fueron reunidos en la tumba después de 81 años separados. Se lo contarán porque ayer fue un día histórico para la familia de un hombre que, con 29 años, esposa y dos hijos, fue asesinado por unos falangistas en el otoño de 1937 en Geras de Gordón. Se lo contarán porque la tradición oral ha sido clave en el hallazgo del desaparecido. Ayer se cerró un ciclo de 81 años de espera en la familia de Francisco Alonso, el carnicero de Trobajo del Camino que había nacido en Montejos. Su hijo Luis, que tenía dos años cuando le vio por última vez, recuperó los restos exhumados en septiembre en la curva de Las Linares, en el kilómetro 11 de la carretera de Geras al Pantano de Luna, por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH).

Con un fuerte aplauso y la emoción a flor de piel, Francisco fue recibido y despedido en el local de la Junta Vecinal de Trobajo del Camino por familiares, amistades, vecinos, voluntariado de la ARMH y los la música y la voz de Isamil9. También acudió la alcaldesa, Camino Cabañas, a título personal. «Ojalá que todas las familias que buscan a sus desaparecidos tengan la misma suerte que nosotros», afirmó Camino Alonso, la nieta de Francisco que ha capitaneado la larga y laboriosa búsqueda.

Alonso agradeció la colaboración prestada por numerosas personas para poder cumplir el sueño de su padre de enterrar a Francisco con Nicolasa. Un deseo que se avivó cuando tuvieron que remover los restos de su madre por el traslado del cementerio de Trobajo, hace unos diez años.

Nicolasa Luengo supo que su marido había sido asesinado en Geras y fue a La Pola de Gordón, en plena posguerra, a pedir la partida de defunción en el Ayuntamiento. Pero nadie sabía a ciencia cierta en qué lugar había sido asesinado y enterrado Francisco. «Fueron las mujeres como Antonia, Salomé y Sofía las que, contando la historia, en el filandón, han conservado la memoria y nos han permitido encontrar el lugar y los restos de mi abuelo», subrayó. A estas mujeres les rindió un tributo especial.

«Que esta nueva tierra en la que descansas te llene de paz y te sea leve», dijo Camino Alonso. La escritora y periodista Ángeles Caso, amiga de la familia y colaboradora en el proceso de búsqueda, reconoció que ayer compartió «uno de los momentos más emocionantes» y destacó que «Camino nunca bajó la guardia, nunca tiró la toalla y lo consiguió».

Agradeció a «Francisco y Nicolasa lo que hicieron por nosotros» para recordar que el hombre «fue asesinado sin ninguna razón». «Es un orgullo y un regalo haber podido participar» de la recuperación de los restos de Francisco, admitió. Por último, Ángeles Caso deseó «a tantos que estáis en las cunetas que la tierra os sea por fin leve».

Marco González, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), subrayó que el colectivo mantiene el compromiso de ayudar a todas las familias que se propongan encontrar a sus víctimas con sus investigaciones, el trabajo del voluntariado y las donaciones.

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