cornada de lobo
«Reírse de»
Malos tiempos para la risa. Mañana, Día de la Inocencia, ten cuidado con las bromas, podrías salir «no inocente» porque hoy el humor resulta ser un arma que carga el diablo y la tapona un juez, previa denuncia o no, para que le salga el tiro por la culata a quien la maneje «alegremente» (¿no es alegrar lo que busca el humor y esta fecha?). Pero ya todo le vale a quien quiera sentirse ofendido replicando furioso con las leyes que se van afilando con las nuevas sensibilidades, susceptibilidades o sospechas, esas tres difusas canchas donde juega sobre todo quien, incapaz de reírse de sí mismo, se revuelve contra todo el que se atreva a hacerlo por él.
Tiempos de proscribir. Un chiste machista, religioso, homófobo o racista es censurado en el acto y, después del acto, llevado a tribunales: patíbulo o picota. Pero no siempre reírse es odiar o burlarse. Recuerdo al hilo uno que hace años le conté a Maruja Torres y que hoy sigue haciéndome su puta gracia (y razón tendrá quien me sugiera psiquiatra). Maruja debió creerlo ocurrente, pues lo contó después en su columna. Lo contaba yo y siempre me ganaba alguna reprensión, pero a ella se lo rieron mucho por ser mujer nada sospechosa de burlarse de causa propia. Vaya. Iba la cosa de un congreso internacional de feministas: se sube al ambón la representante americana y dice «compañeras, nuestra lucha empieza por saber decir que no; porque vino un día mi John diciendo ¡Jane, plánchame la camisa! y, creciéndome al fin, repliqué ¡no, hoy te la planchas tú!, y al primer día no vi nada, al segundo no vi nada, pero al tercero ya vi a mi John planchándose su camisa». Subió después la representante francesa relatando un caso similar: «al primer día no vi nada, al segundo no vi nada y al tercero ya vi a mi François planchándose sus niquis». Llegó el turno a la española, Puri Pérez, y lo mismo: «saqué fuerzas de flaqueza y le dije a mi Paco ¡no, amigo, no, hoy el pantalón te lo planchas tú!; y al primer día no vi nada, al segundo no vi nada... y al tercero ya pude ver un poquitillo al irse deshinchando el ojo».
Y ahora, ardan las redes.