Un recolector de estrellas para León
Este mediodía se inaugura en el nuevo pasaje de Ordoño una obra del escultor Amancio González.
marcelino cuevas | león
León ya tiene un Recolector de estrellas . Así se llama el conjunto esculturórico del artista leonés Amancio González que se inaugura hoy al mediodía en el nuevo pasaje Paz Fernández Peña, situado en Ordoño II, 12A. Esta obra se acomete a través de la iniciativa privada de las empresas leonesas Domingo Cueto y García de Celis y de la Fundación Fernández Peña, como homenaje a la figura de Paz Fernández Peña.
La galerista Marga Carnero explica la historia de Paz Peña; «Era nieta de Simón Fernández Fernández, quien. junto con Mariano Andrés González, encargaron a Gaudí la construcción del emblemático edificio de Botines, donde vivió hasta que se trasladó al edificio de Ordoño II, 5, sede de la Fundación que ella misma creó. Paz Peña fue una persona vital, abierta, simpática, de fuertes creencias y muy generosa, ya que ayudó a cuantas personas e instituciones demandaron su auxilio. Construyó y regaló a la diócesis de León la iglesia de San Claudio. Todos su bienes fueron donados a la fundación que lleva su nombre, y que tiene como fin, por su expreso deseo, atender, asistir y educar y promocionar a las niñas con carencias físicas o económicas de la provincia de León. Actualmente la Fundación Fernández Peña, en cumplimiento de sus estatutos, es continuadora de los fines y objetivos de esta mujer».
El conjunto escultórico de Amancio González ocupa 18 metros de la pared derecha del pasaje que comunica con San Agustín, y narra una escena en la que un recolector de estrellas se dispone a atrapar a una de ellas. La iluminación con la que están dotados los cubos metálicos viene a simbolizar una representación geométrica de las estrellas. Se incorpora la figura realista de una niña sentada.
El conjunto escultórico se completa con un texto a modo de narración en el que se explica y contextualiza la labor de la fundación, realizado por el escritor Pablo Andrés Escapa. «Como un recolector de estrellas, tenderse al alba. Y despegarse de la tierra cada noche para arar con un hilo el firmamento. Los surcos abiertos con tu esfuerzo son senderos que levantan los sueños de la infancia. Una talla realista de la fundadora María de la Paz Fernández Peña fundida en broce, completa la obra.