«La primera regla para el acuerdo es no tolerar el insulto»

Cuando los sentimientos mandan la razón se convierte en un argumento subjetivo. Hoy, en el Día Europeo de la Mediación, los profesionales reivindican la búsqueda de soluciones entre dos partes antes de iniciar un proceso judicial «mucho más costoso psicológica y económicamente». La psicólogas expertas en mediación del Colegio de Oficial de Psicología de Castilla y León Mar Rodríguez Simón, Belén Castañón del Pozo, Susana Álvarez Fernández y Sonia Martínez Vega, darán a conocer qué es la mediación y sus ventajas en una mesa redonda que se celebrará a las 19.00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de León.

Cualquier desencuentro puede buscar en la mediación una solución si las dos partes en conflicto hallan un espacio de igualdad e imparcialidad, neutralidad y confidencialidad. Son los principios básicos de la mediación, un proceso para el que el Colegio de Psicología de Castilla y León tiene un grupo de trabajo de una treintena de profesionales, aunque inscritos como mediadores y mediadoras —la mayoría son mujeres— rondan los 80. La mediación ayuda a alcanzar acuerdos en los procesos civiles y mercantiles, laborales, sociales, familiares y sanitarios. «La ley solo prohíbe actos de mediación en los casos de violencia de género», explican las psicólogas, que defienden la especialidad como la más preparada profesional para conducir un proceso de mediación. «Facilitar la comunicación está en el ADN de la psicología», explica Belén Castañón. Tampoco es posible la mediación cuando el mediador detecta una dependencia afectiva en una de las dos partes. «Las dos personas que acuden al proceso tienen que estar en igualdad de condiciones. Si detectamos en una de las partes una dependencia afectiva tenemos que cortar la mediación porque no está capacitado para decidir lo que más le conviene por su dependencia».

El Consejo de Ministros a finales de diciembre el Anteproyecto de Ley de Impulso de la Mediación para fomentar la solución de los conflictos civiles y mercantiles más comunes antes de acudir al juez. «Me consta que hay jueces que lo ofrecen pero la mediación no está muy reconocida socialmente y no recurren a ella», asegura Sonia Martínez.

El último informe de la Comisión Europea para la Eficiencia de la Justicia constata que en la mediación el periodo de resolución de conflictos se acorta entre un 80 % y 90 %. Los costes para las partes implicadas se reducen entre un 75 % y un 90 % frente a los de un juicio medio. «En todo el proceso hay un sufrimiento y a las partes interesa acabar cuanto antes. Una mediación puede durar tres meses y cada sesión oscila entre los 60 y los 100 euros, mucho más barato que un proceso judicial e igual de válido».

«La mediación consigue que la resolución del conflicto sea más sencillo. En los procesos judiciales el juez es el que decide, no hay posibilidad de acuerdo, y no todo el mundo queda satisfecho», explica Mar Rodríguez.

Pero ¿por qué dos partes en conflicto son incapaces de llegar a acuerdos». «Porque las dos creen que tienen razón, que es un razonamiento muy subjetivo, y el orgullo es el sentimiento dominante», aseguran. Por eso, en todo proceso de mediación hay normas. «El orgullo mal entendido, la mala gestión de las emociones y una posición dominante rompe la comunicación. La razón es subjetiva y ahí es donde se pierde la capacidad de comunicación», asegura Silvia Muñoz, psicóloga sanitaria y vocal del Colegio de Psicólogos de Castilla y León.

Deseo y necesidad

«Cuando dos partes negocian lo hacen desde lo que desean y pocas personas son capaces de diferenciarlo de los que necesitan. El deseo es amor infantil pero los adultos tienen que atender a sus necesidades si quieren llegan a acuerdos», asegura Mar Rodríguez.

«La mezcla del orgullo y la actitud es nefasto para la comunicación. Sólo con un ‘perdón, lo siento’ se consiguen más acuerdos que con costosos procesos judiciales y esa palabra no la vas a encontrar ante un juez. El objetivo es que cada parte identifique sus intereses. A veces se confunde la posición que se tiene con las necesidades y todo eso mezclado con una gran carga emocional dificulta el acuerdo», afirma Susana Álvarez Fernández, que pone como normas prioritarias para empezar una negociación y un acuerdo «el respeto y la exclusión de los insultos».

La figura del mediador ofrece un espacio de neutralidad. «Lo más difícil en el proceso de mediación es la gestión de las emociones. El mediador sostiene esas emociones durante todo el proceso de una manera imparcial y nadie puede imponer un acuerdo», afirma Mar Rodríguez.

La Junta de Castilla y León tiene un servicio gratuito de mediación familiar al que están adscritos medio centenar de profesionales de León y 409 de toda la Comunidad. Casi nadie recurre a él. «La mediación es muy poco conocida no sólo en León y Castilla y León sino en toda España. Hay procesos en los que el juez la ofrece pero la gente la descarta por desconocimiento», asegura Sonia Martínez Vega. «En los conflictos cada uno quiere lo suyo, no hay una comunicación tranquila en un espacio neutro libre de insultos. La comunicación está muy dañada y el objetivo es que las partes alcancen acuerdos».

Lugar: Salón de Actos del Ayuntamiento de León.

Hora: Hoy a las 19.00 horas.

Entrada: Libre.