Diario de León
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Cada día su afán José Román Flecha Andrés
León

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D el día 3 al día 28 de octubre del 2018 tuvo lugar en el Vaticano la asamblea del Sínodo de obispos, dedicada esta vez a los jóvenes. Al finalizar los trabajos, en los que participaron tanto los obispos como los jóvenes, el sábado día 27 aprobaban el documento final, que se articula sobre el encuentro de Jesús con los discípulos que se dirigían a Emaús.

• La primera parte se titula «Caminaba con ellos» (Lc 24,15) y trata de iluminar el ambiente en el que se encuentran los jóvenes, subrayando tanto los puntos de fuerza como los desafíos.

Los jóvenes desean y necesitan ser escuchados, precisamente en este momento de las redes digitales, de la violencia y de la vulnerabilidad. Hay que reconocer todas las formas de abuso que padecen y reaccionar con diligencia. Además, es preciso fortalecer los vínculos familiares y las relaciones entre las generaciones.

Finalmente, se ofrecen unos apuntes sobre la cultura juvenil de hoy, sin olvidar la apertura a la religiosidad.

• La segunda parte, que lleva por título «Se les abrieron los ojos» (Lc 24,31), proporciona algunas claves de lectura sobre el tema fundamental de este sínodo.

Comienza afirmando que el Espíritu rejuvenece siempre a la Iglesia. Tras señalar los valores de la juventud, ofrece una reflexión sobre las opciones que llevan a una sana edad adulta. Promueve el uso adecuado de la libertad y la apertura para descubrir la propia vocación y la propia misión.

En ese paso, toda la Iglesia debe ser un ambiente adecuado para la formación de la conciencia y el discernimiento de los jóvenes con relación al estado de vida al que son llamados.

• La tercera parte, titulada «Partieron sin tardanza» (Lc 24,33), recoge las opciones necesarias para una conversión espiritual, pastoral y misionera.

Citando a san Pablo VI, el documento sinodal afirma que «la Iglesia se hace palabra, la Iglesia se hace mensaje, la Iglesia se hace coloquio» (Ecclesiam suam, n. 67).

En efecto, la Iglesia se hace compañera de camino en el anuncio del Evangelio, en la celebración de los sacramentos y en el servicio diario a las personas, especialmente a las que se encuentran en las periferias del mundo.

Es urgente una catequesis sincera y cordial sobre el sentido de la vida, la sexualidad, el trabajo, la educación, la preparación al matrimonio y a la vida sacerdotal o consagrada.

Haciéndose eco de la exhortación Gaudete et exsultate del papa Francisco, el documento sinodal concluye con una llamada a la santidad.

De forma espontanea, el mismo Papa decía que ya tenemos muchos documentos. Es decir, el sínodo no termina con un texto, por muy rico y elaborado que parezca. Ahora, con motivo de la Jornada Mundial de los Jóvenes que se celebra en Panamá, se abre ante nosotros un tiempo de esperanza y de compromiso con los jóvenes.

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