ESCÁNDALO EN LA IGLESIA
Víctimas de pederastia exigen a la cumbre vaticana penitencia para los Maristas y Montserrat
Protesta frente a la sede benedictina para reclamar al Vaticano que investigue los absusos sexuales en órdenes y congregaciones católicas. Miguel Hurtado pide a los benedictinos que abran una causa apostólica al abad Soler, a quien da 72 horas para dimitir antes de acudir a la santa sede
Los activistas desplazados a Roma para seguir a pie de calle la cumbre contra la pederastia del Vaticano este viernes han protestado frente a la sede de la Confederación Benedictina para visualizar la falta de control del papa Francisco sobre las órdenes y congregaciones cristianas como los Maristas, Jesuitas o los monjes de Montserrat. Son todas estas organizaciones multinacionales que educan a millones de menores de edad. La asociación Ending Clergy Abuse (ECA) ve una grave incongruencia que el encuentro contra los abusos sexuales se centre en obispos y sacerdotes y, en cambio, el Vaticano respete la autonomía de órdenes y congregaciones cuando eclosionan casos gravísimos de pederatia en su seno.
La sede de los benedictinos, escenario de la protesta, está en la abadía de San Anselmo, construida sobre un monte cercano al río Tíber hasta el que suben los turistas para mirar por la famosa cerradura de los Caballeros de Malta. Los viajeros hacen cola para acercar por turnos el ojo a esa cerradura porque a través de su agujero se ve recortada la silueta de la cúpula de San Pedro del Vaticano. Las víctimas de abusos sexuales cometidos por religiosos de órdenes y congregaciones han tratado esta mañana de lograr lo contrario: que el Vaticano les mire a ellos.
ORGANIZACIONES AUTÓNOMAS
El papa Francisco ha ordenado investigaciones internas cada vez que ha estallado un caso de pederastia en diócesis católicas. Sin embargo, cuando los abusos se habían cometido en el interior de órdenes o congregaciones -salvo con los Maristas de Chile-, ha respetado su autonomía. En España los casos más graves se han registrado precisamente en el seno de estas comunidades: Maristas, Salesianos, Montserrat y Opus Dei. En todos ellos, el Vaticano ha guardado silencio.
El caso Maristas destapado por EL PERIÓDICO es el escándalo de pederastia más grave documentado en España -se saldó con una cuarentena de denuncias contra una docena de profesores de tres colegios distintos de Barcelona y Badalona por abusos cometidos entre 1970 y 2010- y no ha sido objeto de ninguna investigación por parte del Vaticano, que sí se ha interesado por la derivada chilena, única excepción hasta la fecha. Los Maristas no han tenido que rendir cuentas ni ante el arzobispado de Barcelona ni ante la Conferencia Episcopal española. Porque tienen un superior general, con sede en Roma, que responde directamente ante el Vaticano. Manuel Barbero, el padre que presentó la primera denuncia contra el colegio, ha escrito diversas cartas al papa y no ha recibido respuesta alguna.
Actualmente ya hay una treintena de denuncias contra cuatro religiosos del colegio salesiano Deusto, en Bilbao. El gobierno vasco ha pedido al Vaticano que investigue los hechos, consciente de que, de entrada, no va a hacerlo. Tampoco en el caso Gaztelueta, un colegio vasco perteneciente al Opus Dei, la Santa Sede ha movido ficha para aclarar lo sucedido. "En realidad hicieron lo contrario", explica desde Roma Juan Cuatrecasas, padre del alumno que sufrió los abusos en este centro escolar. "Cuando la causa de mi hijo se archivó, el Vaticano mandó una carta diciendo que hacía falta limpiar el buen nombre del profesor. Pero después se reabrió y ahora ha terminado con una sentencia condenatoria de 11 años. El Vaticano esta vez no ha dicho nada", resume.
LAS ÓRDENES: "ENCUBRIMOS LOS ABUSOS"
Las órdenes y congregaciones católicas, cuyos superiores generales participan en la cumbre vaticana, han enviado un comunicado en el que piden perdón por los abusos sexuales que han sufrido los menores que tenían a su cargo. Es un escrito duro en el que admiten algo relevane. "El fuerte sentido de familia en nuestras órdenes y congregaciones -algo por lo general muy positivo- puede hacer difícil condenar o denunciar el abuso. Esto dio lugar a una lealtad injustificada, a errores en el juicio, a lentitud en el actuar, a negar los hechos y, a veces, a encubrirlos.
La carta continúa asegurando que estas comunidades se sienten necesitadas "de conversión". "Queremos denunciar cualquier abuso de poder. Nos comprometemos a caminar con aquellos a quienes servimos, avanzando con transparencia y confianza, honestidad y sincero arrepentimiento", prosigue.
72 HORAS PARA DIMITIR
La sede escogida para la protesta de este viernes ha sido la de la Confederación Benedictina porque a esta pertenece el monasterio de Montserrat. Miguel Hurtado, que tras denunciar -en EL PERIÓDICO, El País y en el documental ‘Examen de Conciencia’ (Netflix)- los abusos cometidos por el monje de la abadía Andreu Soler encendió una mecha que ha conducido a otras nueve víctimas del mismo pederasta, ha entregado una carta a los responsables benedictinos. En la misiva les pide que inicien una investigación apostólica de los hechos. También da 72 horas al abad de Montserrat, Josep María Soler, para que presente su dimisión por encubrir al monje Andreu Soler, fallecido en el 2008, quien fue objeto de un libro homenaje en el 2007, después de que el abad supiera por Hurtado que le había agredido sexualmente.
"En el vídeo de ayer [publicado por EL PERIÓDICO] se ve que el abad ha mentido. Públicamente ha dicho que en el año 2000 no fue capaz que de saber si mi acusación era cierta o no y en el vídeo -que grabó Hurtado con una cámara oculta en diciembre del 2015- se ve cómo me dice claramente que si me creyó y que castigó al monje Soler como un abusador (fue trasladado al monasterio del Miracle en el 2000 tras la denuncia de la familia de Hurtado) y, a pesar de eso, no denunció los hechos”.
En el mismo vídeo se observa también que el abad admitió que tuvo constancia "por comentarios y rumores" en los años setenta de que el monje Soler abusaba de chicos en la ermita de Santa Cecilia, adonde se llevaba a jóvenes -la mayoría de ellos menores de edad- a dormir los fines de semana, tal como relató la tercera víctima del fraile detectada por este diario.
NUEVA GRABACIÓN
EL PERIÓDICO publica este viernes una nueva grabación de audio realizada por Hurtado en el 2012 a un monje de Montserrat, J. M. S.. Durante la conversación, el fraile le reconoce a Hurtado que en 1999 él informó al entonces abad de Montserrat, Sebastià Bardolet, de los abusos del monje Soler y que este no hizo nada. J. M. S. supo de los abusos porque ese año el propio Hurtado había acudido a él para pedirle ayuda.
"Si el abad no ha dimitido cuando finalice la cumbre, entregaré toda la documentación y las grabaciones al Vaticano el lunes", ha explicado Hurtado. El Vaticano ya abrió y cerró el caso de Hurtado en el 2016 -sin hablar con el afectado en ningún caso-, según informó la abadía de Montserrat. Ahora que ya son diez las víctimas de Soler y que se han hecho públicos estos documentos audiovisuales, Hurtado espera que el Vaticano lo reabra.
"Si queremos que estos delitos no vuelvan a suceder, es importante que obispos, cardenales y abades denuncien siempre a la policía. Porque si no denuncian y no les pasa nada, van a seguir encubriendo estos delitos. Pero si el abad Soler ahora es cesado, el Vaticano va a estar enviando un mensaje muy potente de que a partir de ahora el encubrimiento te cuesta el puesto de trabajo".