Diario de León
Publicado por
GARCÍA TRAPIELLO
León

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Matraquero y pesadín nuestro Octavito, qué tío, nos volvió a la carga abducido por los griales en serie y por lo patrañil. ¿Os imagináis la escena?, planteó: Va Jesús y les dice a los discípulos en el Cenáculo pasándoles el cáliz «tomad y bebed todos de él» y ¿les ofrece ese pequeño cuenco de piedra del grial leonés o valenciano que no puede contener más alma líquida que una tacita de ribeiro?... a poco que bebiera cada cual, al cuarto o quinto se le tuvo que engatillar el trago; mal pudieron beber todos de él si no era una copa más grande, una jarrita, digo, o quizá una bota, que así se garantiza mejor la ronda.

Octavito no frenaba por más que Sócrates le puntuaba su perorata con miradas fulminantes. Pasemos por alto, insistió, que durante los tres primeros siglos del cristianismo nadie cite la existencia de ese cáliz, algo revelador porque en ese primer tiempo de la patrística no paran de escribir y reescribirse evangelios y doctrinas; simplemente, no había tal cáliz (ni la propia Iglesia se atreve a darlo por bueno). Pero cuando pasa de religión perseguida a sentarse junto al emperador Constantino como credo único de un imperio con cinco siglos de libertad de dioses, pasa a combatir a toda religión pagana, construye iglesias sobre sus viejos templos y utiliza o roba sus ritos y fiestas «para cristianizarlos», siendo la religión que irá construyendo Europa sobre el mapa preciso que dejaron los romanos y con reyes que ahora lo serían «por la gracia de Dios», divina impunidad, y con un Papa en Roma como primera autoridad terrenal con tres coronas a la vez, su tiara.

El delirio por las reliquas lo borda la madre de Constantino, santa Elena, que viaja a Tierra Santa, excava y halla la cruz, espinas de la corona, la sagrada túnica, la escalera, la esponja con vinagre y hiel, los clavos, algunas piedras de la columna donde fue azotado Cristo, el flagelo usado para azotarlo, la lanza de Longinos, el cartel del INRI; y más: el prepucio del Niño Jesús, un trozo de su cuna, las sandalias... ¡gran tesoro para una sola campaña!... ¿A qué esperan los arqueólogos para nombrar patrona a esta santa Indiana Jones?...

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