Diario de León
Publicado por
GARCÍA TRAPIELLO
León

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Un color es solo un color aunque sea bandera que abrigue a toda una nación o un credo. Y nunca hay un solo color. Ni siquiera dentro del mismo color. Valga el violeta que colorea al feminismo: hay grados que van del lila al morado y pasan por el malva, fucsia, magenta, cárdeno, púrpura, añil... gradación que hace creíble y humano este movimiento-mujer cuyo estertor es hoy global y revoltoso («revuelta: punto en que algo empieza a torcer su dirección o tomar otra; cambio de dirección de algo»).

«Gracias a revoltosas hartas de lo establecido, las cosas cambian y las tortillas piden vuelta... o revuelta», celebró ayer nuestra Sole tras la barra, ocupación en la que hoy queman su juventud tantas licenciadas de aquí. «Pero en asuntos de igualdad la tortilla no parece el mejor plan, siempre se basa en que algo esté arriba y lo otro debajo; ¿qué tal si cambiamos la dieta, aparcamos la tortilla y ensayamos algo distinto, un buen guiso, un potaje sustancial, un tojunto o una colorida macedonia?», planteó Peláez... «así nos ahorraríamos las quemazones y la revancha que obsesionan a todas las tortillas».

Y hoy, el día después del grito legítimamente alzado y la euforia colectiva que nace del juntarse y «somos más», la fiesta vuelve al combate con una realidad que vaguea en mejoras, si no empeora, véase: 1.- el puromachismo y el micromachismo a tope lo defiende hoy un 40% de nuestros jóvenes españoles en cuyas manos y carajos está el futuro (las niñas ganan a los niños en el aula y ellas lo pagan después en el patio o en lo oscuro)... 2.- en tan solo un año los delitos sexuales aumentaron un 28%, una bestialidad inconcebible, es decir, en tres años: ¡campeones!... 3.- muchos hombres no están dispuestos a regalar conquistas seculares o privilegios y nacen partidos voxeadores o idearios ultravox que defienden la atávica masculidad bizarra (peores son quienes lo son y además lo disimulan)... y 5.- su resistencia será sangre a menudo; así que, querida Sole, le consoló Peláez, detrás hay infamia y por delante guerra, es el coste de toda revuelta... y la cosa tardará porque también habrás de luchar contra mujeres.

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