Diario de León

JORNADAS DEL CLUB DE PRENSA

«La juventud más frágil tiene ahora menos formación»

MIGUEL ÁNGEL PEÑA / Coordinador de la Fundación JuanSoñador

Juan Peña, coordinador de la Fundación JuanSoñador.

Juan Peña, coordinador de la Fundación JuanSoñador.

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CARMEN TAPIA | LEÓN
León

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La Fundación JuanSoñador es la protagonista hoy de la segunda conferencia organizada por el Club de Prensa del Diario de León en las II Jornadas de la Labor Social en León. Tras 23 años de trabajo de ayuda a jóvenes vulnerables, la fundación cuenta sus nuevos proyectos.. Lugar: Club de Prensa. C/ Gran Vía de San Marcos, 8, entrada por Fajeros. A las 20.00 horas..

 —¿Qué riesgos preocupaban a JuanSoñador hace 23 años y cuáles son los que preocupan ahora?

—En los inicios, los chicos y chicas que llegaban tenían una situación, en principio, visiblemente más dificultosa a nivel familiar y social. Se solía hablar de personas con dificultades; y el trabajo social siempre parecía más encaminado hacia colectivos más ‘marginales’: robos, desarraigo, maltrato, consumo de drogas…Ahora nos encontramos con más personas con dificultades, que pueden pasar más desapercibidas en algunas ocasiones ya que su problemática viene acompañada por una posición económica y familiar aparentemente normalizada. Hoy en día cualquiera joven o familia puede acabar en el sistema de protección, reforma o inclusión social. Desde la Fundación JuanSoñador se intenta dar respuesta a través de los diferentes proyectos que tenemos. La manera de trabajar sigue siendo la misma, y se realiza desde los principios de diversidad e interculturalidad, para poder atender a la población actual.

—¿Cuántos jóvenes han pasado por los distintos proyectos de JuanSoñador en veinte años?

—A lo largo de estos años se abrieron nuevos proyectos con la idea de ofrecer una intervención integral que pueda aportar soluciones y respuestas reales a cada situación social que vive cada menor, joven, persona vulnerable, persona por persona. No hay una cifra exacta de personas que han pasado por los proyectos en estos años, porque nos faltan los registros de los primeros años, pero haciendo una estimación por número de participantes cada año en cada proyecto, sí que se puede afirmar que han pasado más de 34.200 personas por todos los proyectos de toda la entidad. Ahora acompañamos cada año a más de 4.200 personas en situación de vulnerabilidad, de las que 350 están en los proyectos de León, con el objetivo de que tengan más oportunidades y una vida más digna. Lo más importante para nosotros es cada una de esas personas, no tanto el número como la situación de cada persona.

—¿Cuáles son los proyectos que tienen actualmente y el perfil de jóvenes usuarios de cada uno de ellos?

—La Fundación JuanSoñador desarrolla su intervención en varias ciudades de Castilla y León, Galicia y Asturias. Concretamente, en la ciudad de León, desarrollamos los siguientes proyectos: proyecto Surco, hogar tutelado ‘Tragaluz’, centro de día ‘Fontana’, proyecto ‘Emancipa-Enlace-Te acompaño’, ‘Construyendo mi Futuro’, ‘Proyecto de Intervención Psicológica’, ‘Espacio Mestizo’ y ‘Escuela JuanSoñador’. El perfil depende de los proyectos: chicos del sistema de protección, de reforma, inclusión social, otros con un deseo de emancipación que quieren una oportunidad en sus vidas, desean por formarse, encontrar un trabajo, y estabilizar sus vidas… El conjunto de los proyectos que existen en León pretenden ofrecer una respuesta integral, de tal manera que dónde no llega uno puede llegar otro desde un trabajo coordinado y en red.

—¿Son distintos los problemas con los que llegan los chicos y las chicas?

—Claro que tienen diferentes problemas, como tú o como yo, pero nuestro estilo educativo se fija más en buscar las potencialidades que tienen y mirar a los chicos y chicas partiendo del motivo por el que llegan, no sólo en lo que tienen que mejorar sino en lo mucho que pueden hacer. Nuestra intervención trata en todo momento de reducir la desigualdad social que pueda haber en cuanto al género.

—¿Cuál es la filosofía del trabajo en JuanSoñador?

—Cuando decimos Acompañando sueños, transformando realidades o Nuestros sueños son las personas queremos reflejar en esencia, esa filosofía. En un ambiente educativo salesiano, que en nuestros proyectos tratamos, creando un clima de respeto, cuidado y propuestas positivas para las personas, potenciando que tengan autoconfianza. Se quiere potenciar el derecho a una vida más digna de las personas más vulnerables. Acompañamiento es una palabra que define nuestro estilo, y lo hacemos desde la cercanía, la amistad, la familiaridad, la acogida, la sonrisa, la palabra de ánimo, la escucha, y una escucha desde el corazón. Otras palabras que definen nuestra filosofía son la comunicación, participación, integralidad, crear vínculo, poder llegar al menor, al joven; cuando lo necesite y donde lo necesite.

—¿Cuántas personas forman el equipo de trabajadores y en qué especialidades?

—Hoy desarrollamos 59 proyectos sociales en Galicia, Asturias y Castilla y León. Con 83 voluntarios (16 en León) y 202 trabajadores (47 en León). Junto a los coordinadores de cada proyecto hay educadores sociales, trabajadores sociales, orientadores laborales, profesores, psicólogos, administrativos, y otras personas de apoyo en cocina y limpieza. Del total hay 25 personas contratadas en Multiservicios JuanSoñador, empresa de servicios de limpieza y jardinería con fines sociales. Además de los proyectos para los jóvenes también tienen iniciativas para las familias.

—¿Cómo consiguen que las familias se involucren en los proyectos? ¿Y cómo consiguen la continuidad de los jóvenes?

—Este es un aspecto a mejorar pero que puede ser parte de nuestro sello educativo. Apostamos siempre por las familias aunque en ocasiones no estén muy por la labor de participar. Buscamos su implicación sin juzgar su situación, sin recrearnos en por qué están aquí, sino haciéndolas partícipes de la labor educativa que hacemos y hacen. Se trata de remar en la misma dirección. La continuidad de los jóvenes siempre va acorde con su proyecto personal. Por qué están aquí y para qué están aquí. Una vez respondidas esas cuestiones pasamos a acompañar su proceso y proyecto de vida.

—¿Cómo han evolucionado los jóvenes que necesitan apoyos para una normalización social y laboral?

—La formación académica que tienen ahora es mucho menor que la de hace unos años. Anteriormente, casi todos los jóvenes obtenían el Graduado Escolar, pero ahora el fracaso escolar es mayor. También tenemos una sociedad más pasiva, con menos iniciativa, la idea es que estos jóvenes puedan encontrar una motivación y adquirir habilidades para poder construir su futuro.

—¿Cuáles son los nuevos proyectos de JuanSoñador en León?

—Desde el año 2013 desarrollamos el Proyecto Espacio Mestizo, que persigue la acción educativa a través de los lenguajes artísticos. Partiendo de la premisa de que sean los propios chicos y chicas que acuden al proyecto los que elijan las técnicas o lenguajes que quieren trabajar. A través de una metodología práctica y de la mano de monitores especializados, los participantes de Espacio Mestizo aprenden y mejoran su técnica ampliando su repertorio personal y grupal. Espacio Mestizo se hace grande con sus chicos y chicas cuando devuelven a la comunidad lo que han aprendido y desarrollado durante las sesiones de práctica. Es en las exhibiciones y en los talleres ofrecidos donde ese crecimiento y madurez alcanzan su punto más alto e interesante, tanto a nivel pedagógico como humano. Siempre buscamos un hueco donde poder mostrar al público lo que hemos aprendido, o donde poder enseñarlo a unos potenciales aprendices. En todos estos años de andadura ha habido talleres de grafitis, malabares y acrobacias, break, rap, capoeira y cortometrajes. Desde el año 2015 se ha puesto en marcha un nuevo proyecto en León llamado Escuela Integral para la Formación y el Empleo JuanSoñador. Se trata de un proyecto que forma y orienta laboralmente a jóvenes vulnerables entre 16 y 24 años de todas las provincias de Castilla y León. Estos jóvenes vienen a León y se alojan en la escuela durante su formación. Superado el periodo formativo, la escuela les facilita prácticas en empresas de su localidad y les acompaña durante seis meses más en la búsqueda de empleo. Desde su apertura a finales de 2015 han pasado más de 500 alumnos procedentes de más de 70 localidades de todas las provincias de Castilla y León. Los resultados están siendo muy positivos, 6 de cada 10 alumnos que acude a prácticas ha conseguido un empleo. Además, este proyecto era muy necesario y demandado desde la necesidad de cubrir las necesidades formativas y laborales de los menores con los que trabajábamos y habíamos trabajado anteriormente, muchos de ellos con estudios sin concluir y sin formación de ningún tipo, ya que no llegaban a terminar los cursos escolares y abandonando antes.

—¿Sigue habiendo niños en la calle en León?

—En la calle literalmente no. No puede haberlos porque hay una ley que les ampara, y las administraciones competentes (Junta de Castilla y León y Ayuntamiento) velan porque esto se cumpla. Pero sigue habiendo niños y niñas, jóvenes y personas en riesgo de exclusión, con dificultades para relacionarse, para encontrar una salida profesional, alguien con quien hablar, con quien compartir un vínculo afectivo, que les escuche…

—Las universidades se lanzan a por talento tecnológico, y quieren más participación de las mujeres, y hablan de tercera revolución industrial. ¿Qué lugar hay en la sociedad actual para los jóvenes que no tienen carreras universitarias?

—Los datos de desempleo en España indican que la tasa de paro entre los universitarios es mucho más alta que entre los no universitarios. Aquellos jóvenes que optan por la formación profesional consiguen alcanzar el empleo más rápido y más fácilmente que los universitarios, que en muchos casos se ven obligados a buscar empleo fuera de España o aceptar trabajos de cualificación muy inferior a su formación. Los jóvenes que no tienen carreras universitarias buscan su lugar en el mercado de trabajo y en la sociedad del mismo modo que los titulados, teniendo en cuenta sus preferencias, motivaciones, habilidades y por supuesto, los nichos de empleo o familias profesionales en las que se generan puestos de trabajo. Tener una titulación universitaria aporta conocimientos, pero no más talento. Las competencias personales y profesionales son clave en la obtención de un empleo y no siempre van ligadas a una titulación.

—¿Cuáles son los retos?

—Nuestro reto es seguir construyendo proyectos significativos y afianzar los actuales para las personas más vulnerables que ofrezcan respuestas reales a sus necesidades sociales.

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