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EL PONTÍFICE EN MARRUECOS

El papa Francisco: «Visitaré España cuando haya paz»

Franciso aprovecha su encuentro con el rey de Marruecos para rechazar los muros y la negación de asistencia a los inmigrantes

El papa conversa con el rey Mohamed VI, ayer en Marruecos.

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EFE | RABAT

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El papa Francisco reiteró ayer a bordo del avión que lo trasladaba a Rabat que «le gustaría» ir a España aunque puntualizó que lo hará «cuando haya paz», sin explicar a que se refería con esa expresión. Francisco respondió así a preguntas de los periodistas españoles que viajan con él a Marruecos a bordo del avión papal, quienes le pidieron que concretara sus palabras y, en tono de broma, dijo que él habla «de manera críptica».

El papa Francisco y el rey Mohamed VI abogaron ayer en Rabat por la tolerancia y el diálogo entre el islam y el cristianismo en la primera jornada de la visita del pontífice a Marruecos, que estuvo cargada de actos simbólicos.

El primer acto de la jornada se desarrolló en la explanada de la Torre Hasán, el lugar más emblemático de Rabat, y junto a la mezquita del mismo nombre.

Mohamed VI recordó que él, en su calidad de Emir al muminín (príncipe de los creyentes) es el padre espiritual de musulmanes, judíos e incluso de los cristianos extranjeros que ejercen sus cultos en Marruecos con total libertad, aunque evitó mencionar que las conversiones de musulmanes al cristianismo están prohibidas en Marruecos.

Le respondió el papa Francisco con un mensaje similar desde lo que llamó «este puente natural entre África y Europa» (Marruecos), para subrayar la importancia del diálogo entre religiones para acabar con «las incomprensiones, las máscaras y los estereotipos que conducen siempre al miedo y a las contraposiciones y así abrir el camino a un espíritu de colaboración fructífera y respetuosa».

Tanto el rey como el pontífice fueron interrumpidos con frecuencia por los aplausos de los miles de asistentes.

Muros

Pero Francisco, que no criticó la política migratoria, no desaprovechó la ocasión para volver a lanzar un mensaje contra los muros que los países ricos erigen para frenar a los emigrantes.

El papa afirmó que la llegada de estas personas que huyen de la pobreza, la violencia o los conflictos «nunca encontrará una solución en la construcción de barreras, en la difusión del miedo al otro o en la negación de asistencia a cuantos aspiran a una legítima mejora para sí mismos y para sus familias».

Francisco, que en ningún momento criticó la política migratoria, lamentó «la suerte a menudo terrible» que aguarda a unas personas que «no dejarían sus países si no estuvieran obligadas».