DEPORTES ADAPTADOS
Juegos dibujados en el aire
Un centenar de niños y niñas adaptaron sus juegos a la diversidad física, intelectual y sensorial de una veintena de compañeros con los que asisten a clase diariamente en el centro La Granja. El pabellón Margarita Ramos se llenó ayer de ojos vendados y voces en el aire para mostrar los distintos deportes adaptados a personas con discapacidad..
Aprender a correr con los ojos vendados solo es posible si abandonas el miedo y confías de una mano amiga. Oír el silencio de 150 voces en un pabellón deportivo es accesible si los compañeros de juego gritan con las manos y dibujan frases en el aire. Coordinar los movimientos y perseguir un mismo objetivo aunque la mente interprete cosas diferentes es una apuesta de trabajo en equipo accesible solo para inteligencias múltiples. Ayer, el Aula de Deporte y Discapacidad de las Escuelas Deportivas Municipales, en colaboración con El Club Deportivo Manantial, convirtieron el pabellón Margarita Ramos en un espacio diverso pero perfectamente coordinado. Alumnos de 3º, 4º y 5º de Primaria del centro de la Granja dieron una lección de integración.
La Granja es el centro de referencia de la Dirección Provincial de Educación para alumnado con discapacidad visuales, aulas a las que asisten seis menores con profesorado y apoyos técnicos. «Pero no solo tenemos alumnos con discapacidad visual, en nuestras aulas atendemos a veinte menores con todo tipo de discapacidades». La directora, María Antonia Luengos, pone en valor la enseñanza inclusiva que reciben los alumnos. Este es el segundo curso que el centro ofrece como actividad extraescolar el lenguaje de signos. «Actualmente tenemos dos grupos con 25 alumnos cada uno y estamos pensando en ampliar a padres y madres el año que viene».
Lengua de signos
El aprendizaje de la lengua de signos ayuda a los alumnos a estudiar, colaborar y jugar de forma inclusiva. «En los festivales que organizamos algunos alumnos ya empiezan a signar, con la ayuda de la profesora intérprete».
En el pabellón deportivo se jugó ayer a goalball, rugby adaptado, voleibol sentado, juegos adaptados y atletismo para ciegos, y chuk-ball. «Cada uno de estos juegos representa discapacidades de tipo físico, intelectual y visual», explica Maribel Velasco, del Club Deportivo Manantial Deporte Adaptado.
En una de las pistas, un grupo de niños y niñas corren cogidos de la mano. Uno de ellos lleva los ojos vendados. «Corremos así para comprobar cómo sería correr sin ver». Irene, de 10 años, no suelta de su mano a Sara, cono un antifaz negro. «Hay que confiar. Cuando empiezas a correr con los ojos cerrados el mayor miedo que tienes es a chocar con algo, pero ella me avisa de los obstáculos».
Izán y Mara, de 10 años, no tienen ninguna discapacidad. Trasladan con su cuerpo un globo morado. Los dos se ponen de acuerdo para caminar al mismo ritmo y por el mismo sitio, para que el globo no se caiga. «Hemos aprendido a sincronizarnos y confiar el uno en el otro». El juego está pensado para personas con discapacidad intelectual.
El deporte y la inclusión van de la mano. Los organizadores pasaron antes por las aulas del colegio para concienciar al alumnado de las características del deporte adaptado. Pelayo y Jorge, dos de los alumnos participantes, aprendieron «una rareza», como ellos la definieron. «Tienes la sensación de que el compañero te lleva en volandas».
Todas las actividades estuvieron dirigidas por técnicos especialistas en colaboración con el profesorado del centro escolar y personal de las Escuelas Deportivas Municipales. Los docentes facilitaron folletos divulgativos y el material de trabajo para el desarrollo de la jornada.