San Francisco prohíbe el reconocimiento facial
La medida pretende regular los sistemas de vigilancia y evitar la «injusticia racial», según el ayuntamiento de la ciudad.
iker cortés | madrid
La tecnología está aquí desde mediados de los noventa. Al fin y al cabo siempre había sido una constante en los relatos de ciencia ficción: que una inteligencia artificial fuera capaz de reconocer a su dueño únicamente analizando los rasgos y las facciones de su rostro formaba parte casi intrínseca del género. Pero, como ha ocurrido ya en numerosas ocasiones, no fue hasta que Apple implementó su Face ID en los iPhone de medio mundo, la capacidad de desbloquear el teléfono móvil simplemente colocando una cara frente a un dispositivo, cuando el reconocimiento facial se convirtió en una realidad más que palpable. Y desde entonces los avances no se han hecho esperar.
Mucho antes, empresas privadas e instituciones públicas habían diseñado sistemas de seguridad que se activaban con el rostro y habían aprendido a identificar a usuarios en redes sociales sólo estudiando sus imágenes. Pero ahora la tecnología ha avanzado tanto que, en marzo, Aena puso en marcha en Menorca el primer sistema de reconocimiento facial en un aeropuerto español, para que los viajeros pudieran embarcar sin asistencia.
Sin embargo, la tecnología no está exenta de críticas. Ahora San Francisco se ha convertido en la primera ciudad estadounidense que ha cuestionado su uso. La localidad prohibirá que la Policía y otras agencias públicas utilicen esta tecnología. Ocho de los nueve miembros del consejo municipal de la ciudad se pronunciaron anteayer a favor de la nueva legislación, que será votada formalmente la semana que viene. «La propensión de la tecnología a poner en peligro los derechos y las libertades civiles supera sustancialmente a sus beneficios», señala el texto. Y va más allá al indicar que el reconocimiento facial podría «exacerbar la injusticia racial y amenazar nuestra capacidad de vivir sin la continua vigilancia del gobierno».
Vigilancia
La prohibición forma parte de una reglamentación más amplia con la que se pretende regular los sistemas de vigilancia y obligar a las agencias municipales que deseen utilizarlos a obtener previamente la autorización del consejo municipal. «Será ilegal para cualquier departamento obtener, conservar, acceder o utilizar cualquier tecnología de reconocimiento facial o cualquier información obtenida con tecnología de reconocimiento facial», reza uno de los párrafos de este extenso documento. Este cambio en la regulación no regirá, sin embargo, en los aeropuertos de la ciudad ni en otras instalaciones reguladas por el gobierno federal de Estados Unidos.
Distintas posturas
Los partidarios de la prohibición temen posibles errores de identificación facial así como la continua violación de la vida privada, mientras que sus defensores aseguran que puede reforzar la seguridad. Así, Stop Crime SF, una organización local, aseguró que el reconocimiento facial «puede ayudar a localizar a niños perdidos, a personas con demencia y a luchar contra el tráfico sexual».
Sin embargo, a finales de año un informe del AI Now Institute, un importante centro de investigación en Nueva York, pedía a las autoridades que controlen y vigilen los usos que se le está dando.
La organización entendía que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático están recibiendo continuamente información para construir una gran red de datos y patrones «sin regímenes de gobernanza, supervisión o responsabilidad adecuados» y exigían regular el uso de esta tecnología para proteger los derechos de los ciudadanos del país.
Sin ir más lejos, en China, el Gobierno de Pekín ha convertido el país en un Gran Hermano. Crédito Social se llama la iniciativa con la que el Ejecutivo ha establecido un nuevo sistema de puntuación que permite sancionar a sus ciudadanos en función de su comportamiento, impidiéndoles utilizar determinados servicios públicos si éste es negativo, en un país que cuenta con la red de cámaras equipadas con reconocimiento facial más grande del mundo. Según el New York Tim e, las autoridades utilizan entre otros el reconocimiento facial para identificar a la minoría musulmana de los uigures.