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Arranca la fiesta del Orgullo más reivindicativa ante la amenaza de Vox

Los ultras quieren que el desfile no se celebre en el centro de Madrid y han pedido al PP que no exhiba la bandera Los organizadores han vetado la presencia de naranjas y populares en la cabecera, por pactar con la extrema derecha

Fiesta del orgullo Gay en Madrid.

Publicado por
PATRICIA MARTÍN
León

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Allí donde los votos de Vox son determinantes, los derechos del colectivo LGTBI pueden sufrir fuertes retrocesos, como se ha puesto de manifiesto en los últimos días. En Madrid o Murcia la ultraderecha exige derogar las leyes a favor de gays, lesbianas, transexuales, bisexuales e intersexuales para apoyar un gobierno de PP y Cs. En la Comunitat Valenciana, el partido liderado por Santiago Abascal ha impedido una declaración institucional en Les Corts con motivo del Día Internacional del Orgullo. Y así, suma y sigue.

Esta situación ha provocado que en Madrid los organizadores de la celebración del Orgullo, que arranca este viernes y rendirá homenaje a las revueltas de Stonewall, en Nueva York, así como a los primeros luchadores de la causa en España, prevean unas fiestas y actos más reivindicativos que nunca, bajo el eco de la polémica política.

De entrada, el colectivo LGTB+de Madrid (Cogam) exigió a los partidos firmar un decálogo de medidas a favor de estas personas, que pedía a las formaciones políticas no valerse de los partidos que defienden una ideología de extrema derecha para gobernar. En consecuencia, PP y Cs no lo han suscrito y han sido vetados del desfile principal. No tendrán carroza propia en el colorido recorrido, que este año se realizará el sábado 6 de julio, ni podrán figurar en la pancarta de la cabecera. La presidenta de la Federación Estatal, Uge Sangil, alegó que este año el protagonismo debe recaer en las personas que fueron pioneras en la lucha.

LA POSTURA DE CS Y EL PP

Aún así, Ciudadanos ha manifestado que asistirá, aunque no pueda desfilar en primera fila. Y su candidata al Ayuntamiento y ahora vicealcaldesa, Begoña Villacís, estrenó su cargo acudiendo a la presentación de los actos del Orgullo.

Por su parte, el PP ha ordenado que la bandera LGTBI ondee en el Ayuntamiento de la capital durante las fiestas, pese a que Vox, cuyos votos fueron imprescindibles para que José Luis Martínez Almeida desalojara a Manuela Carmena de la alcaldía, le pidió que no lo hiciera. Si Almeida quiere demostrar que Madrid respeta los derechos de todos, al margen de la orientación sexual, que cuelgue la bandera española, que es de todos, no de un lobby que odia todo el que no piensa como ellos, manifestó Abascal. En campaña, Vox apostó por trasladar el Orgullo fuera del centro de Madrid, a la Casa de Campo, pero de momento no se ha salido con la suya.

LA CENSURA A LA CAMPAÑA

Aún así, el gobierno de PP, Cs y Vox ha censurado la campaña institucional del Orgullo que dejó preparada el equipo municipal anterior, según ha denunciado Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, el partido de Carmena. Están censurando el movimiento, reiteró este jueves la exalcaldesa. Y es que en las banderolas que cuelgan de las banderolas han desaparecido los lemas que homenajean a los mayores que defendieron los derechos del colectivo y sólo se han colgado carteles con la frase Nuestro mayor Orgullo. Si bien el Ayuntamiento sostiene que en el resto del mobiliario urbano sí que se está difundiendo la campaña completa y que en las farolas se ha optado por un único cartel para unificar el mensaje.

Y en la Comunidad de Madrid, Vox exige a PP y Cs que apoyen un programa único común, en el que aparece la derogación de algunos artículos de la ley LGTBI para dar su apoyo a un Gobierno de derechas. Entre otros, aquellos que recogen sanciones, el apoyo a la diversidad en colegios y la no discriminación del colectivo a la hora de adoptar. En Murcia, la ultraderecha pide directamente derogar la ley completa. Ahora falta por ver si los dos partidos convidados a firmar ceden y hasta qué punto.

Por último, en el parlamento valenciano no ha podido aprobarse una declaración institucional a favor del colectivo ante la falta de unanimidad. Vox no quiso ni siquiera negociar un texto alternativo, según informa Nacho Herrero.