Auxilio Social

Veranito ya. El Gobierno aprobó una partida de 15.000.000 -casi el doble que el pasado año- destinada a actividades de ocio y comedores de verano para menores vulnerables. Calculan que se beneficiarán unos 100.000 niños y adolescentes, pero en España, según Aldeas Infantiles, son 2.500.000 los menores en riesgo de exclusión. No alcanza a tantos, pues, la gracia del Estado, tan papá y tan sensible, así que a 2.400.000 guajes les aguarda un verano... a secas; y a solas con su destino digamos ¿de postguerra?, cuando aquellos comedores de Auxilio Social hacían lo mismo en los 40, 50, 60... llegando también a poco o poquito.

Tenía 7 años y recuerdo bien el comedor que había frente-oblicuo a la iglesia de Santa Marina (una vez me apunté a comer por ver qué era aquello -había de postre una botellita de caramelo- y en casa me llevé la bronca del año). Era solo planta baja, tipo taller, con el cartelón bien visible de «Auxilio Social» junto al yugo y las flechas al que estaba uncida la Sección Femenina, gobernadora de estos establecimientos y asistida por muchachas de aquel Servicio Social impuesto a toda española entre 17 y 35 años, creado con Franco en 1937 y no derogado hasta 1978; era una «mili» femenina de 3 a 6 meses en centros públicos, asistenciales y tal, generalmente de chicaparatodo, y tenientegeneralmente, de fregonas; había, claro está, enchufadas a porrillo o que lograban la cartilla sin más; «sin salir de León conozco a no pocas, dijo Peláez; en el franquismo no había corrupción, no... y decían que no era obligatorio este «servicio», pero si no lo hacía, la mujer no podía acceder a ningún trabajo remunerado, ni tener título escolar o académico, ni presentarse a oposición alguna, ni na de na».

Y esto de hoy ¿será nieto de aquello?; la orden ministerial lleva un eco: «Los servicios ofrecidos por el programa deben incluir desayuno, actividades de carácter lúdico, recreativo, cultural y educativo, servicio de comedor y bolsa de cena cuando las carencias del hogar lo aconsejen»... mejoramos... entonces era solo un comer... y leche en polvo a las 10.30 en las escuelas de El Cid.