Estampas del pasado colgadas al sol del verano
ana gaitero
Una mujer de luto, con pañuelo y galochas, rodeada de chavales, una pareja de niños que bailan como si fueran novios, el militar que posa con el uniforme o las mujeres que se retratan con bata y delantal.
La población de Villavante, cuyos repiques de campanas se oirán hoy entre el Órbigo y el Páramo, sacó al sol las estampas de un pasado en el que los jóvenes miran con curiosidad la indumentaria y los gestos y los mayores se fijan en los rostros conocidos o las faenas que compartieron con los de su generación o quinta.
Más de 150 fotos fueron tendidas y sujetas con pinzas en la casa concejo de este pueblo aprovechando la mayor afluencia de gente durante los primeros días de agosto. El pasado se colgó de unas cuerdas por tres jornadas, para volver a recogerse en álbumes o cajas de lata donde se han conservado durante ya varias décadas.
Las fotografías en blanco retratan un mundo de calles sin asfaltar, el grupo escolar del plan de los 70 cuyo diseño se repite en pueblos de toda España y la variada indumentaria de monaguillos, trajes regionales para el festival de la Sección Femenina, retratos de boda, escenas de trilla...
El ciclo de la vida completo, desde la niñez hasta la ancianidad, quedó congelado con la ayuda del nitrato de plata y animó estos días las conversaciones. Se recordaron aquellos tiempos que no volverán.