Julia, la red rural de mujeres por la salud mental
ana gaitero
Juntas, unidas, libres, independientes y activas. Son las cinco palabras que forman el acrónimo Julia en el proyecto pionero de Castilla y León que toma este nombre femenino como referente y que ha tenido en Villablino uno de sus grupos de trabajo.
Cristina es una de las participantes del programa Julia de la Federación de Salud Mental de Castilla y León. Es lacianiega y toca el acordeón desde los ocho años. Desde 2008, año en que se abrió la sede de Alfaem en Villablino, es usuaria de sus servicios. «Soy enferma y familiar de un enfermo, mi pareja», comenta.
El proyecto Julia: Redes que sanan en espacios rurales llegó al valle el año pasado. Es un programa pionero que consta de cinco talleres formativos en igualdad y violencia de género con mujeres con problemas de salud mental en el medio rural.
El objetivo de estos talleres es promover la «máxima participación y empoderamiento de las mujeres, donde sus intereses, necesidades y características individuales sean las protagonistas de la acción», señala Patricia Quintanilla, la responsable del área de Mujer de la Federación de Salud Mental de Castilla y León.
Villablino fue una de las localidades elegidas para implantar estas redes de salud mental para mujeres junto a Villarcayo y Roa de Duero, en Burgos, Guardo en Palencia y Béjar en Salamanca. Cristina señala que el programa Julia ha sido «una experiencia muy positiva porque te hace abrirte y a las personas muy cerradas les ayuda a tener una vida de diferente calidad».
Cada día, en los talleres, trataban un tema que se sacaba de las letras del nombre del programa. Julia les fue guiando por la libertad, la amistad y la de unaautonomía personal más fuerte. «En los pueblos cuando tienes un problema de salud mental mucha gente piensa que no van a poder hacer nada y también les miran mal», explica.
A través de los talleres, las mujeres «aprendieron a divertirse por sí mismas, sin ser marcadas por lo que diga un hombre y a saber decir: ‘Yo valgo’», comenta esta mujer de 41 años que tiene muy claro que «aunque tengas esta enfermedad puedes realizar un trabajo». Como hace ella, «soy música y toco por muchos sitios», apostilla.
El proyecto Julia es una iniciativa pionera en la Comunidad que se puso en marcha como una de las primeras medidas tras conocer la situación de las mujeres con discapacidad psíquica y/o mental.
Del estudio realizado por la Federación de Salud Mental de Castilla y León se desprende que, en el caso de la provincia de León, un total de 189 mujeres y 289 hombres componen la población atendida en los diferentes servicios de Alfaem Salud Mental ubicados en León, Ponferrada, Astorga y Villablino. Las mujeres suponen el 33% y los hombres algo más del 66% de la población usuaria, aunque no hay sesgo de género en el acceso y derivación a los servicios.
En cambio, el número de cuidadoras duplica al de cuidadores. Son las mujeres las que atienden, principalmente, a las personas con problemas de salud mental en una proporción de 79 a 21% en Castilla y León y de algo más del 66% al 33% en la provincia leonesa. El estudio, con 253 entrevistas cualtitativas en toda la Comunidad, desvela es que el 81% de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida en el entorno familiar y de personas con las que han convivido.
El 25% relató malos tratos físicos y tres de las encuestadas confesaron haber sido víctimas de agresiones sexuales. Parejas y exparejas, padres y madres y hermanos son las figuras que mencionan como autoras de dichos maltratos.
También manifestaron una autopercepción negativa al verbalizar sentimientos de inferioridad en comparación con el resto de mujeres. «Se describen en muchas ocasiones como poco atractivas, en comparación con los cánones de belleza establecidos socialmente». El sobrepeso, que relacionan con las medicaciones psiquiátricas, es uno de los aspectos que más influyen en esta imagen negativa que tienen de sí mismas.
También se cuestionan su sexualidad, dice el estudio, y las posibilidades de ejercer como madres o tener pareja, un aspecto que se ve muy reforzado por las opiniones de familiares y en algunos casos también psiquiatras. El estudio ha llevado a diseñar en la red asociativa no sólo un programa específico como el de Julia, que se centró en el medio rural gracias al apoyo de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades.
Actualmente, la Federación de Salud Mental de Castilla y León promueve la formación de profesionales de la red asociativa con perspectiva de género a fin de mejorar la atención a las mujeres. «Llevamos años trabajando con mujeres en el medio rural, pero ahora hemos cambiado el enfoque: ya no nos centramos tanto en las debilidades como en las capacidades», comenta Raquel Martínez, trabajadora social.
Con los talleres de autonomía y empoderamiento se revisa la óptica profesional y se trabaja la prevención de situaciones de violencia de género que pueden derivar en problemas de salud mental crónicos. El empoderamiento, la prevención, los cuidados, el empleo y el aislamiento social son algunos de los ejes que se trabajan en la formación con perspectiva de género de los profesionales, añade Mónica Alonso, trabajadora social del área de programas y autonomía personal de Alfaem Salud Mental León.
En los centros de día ocupacionales de esta asociación las mujeres son la mitad (43) que los hombres (80). Entre las usuarias femeninas, predominan las mayores de 50 años con estudios primarios con un significativo grupo de mujeres que viven solas en sus domicilios o en recursos residenciales y otro grupo relevante de mujeres que además son responsables del cuidado de sus mayores en casa.
En el servicio de promoción de la autonomía personal son 34 mujeres y 52 hombres. Destacan las mujeres jóvenes, solteras y sin descendencia y con apoyo y convivencia familiar. En el servicio de asistencia personal, con 18 mujeres y 18 hombres, el perfil femenino más común es de mayores de 35 años, solteras y sin hijos, con una situación económica estable sobre todo por ingresos de pensiones no contributivas.
El programa de empleo e inclusión —con 625 usuarios hombres en toda la Comunidad y 417 mujeres— cuenta en la provincia con 15 usuarias y 29 usuarios en itinerarios de jóvenes con discapacidad y 37 mujeres y 54 hombres en los de adultos, con predominio de mujeres del ámbito urbano con historia laboral y estudios primarios.
En el ámbito del alojamiento, de los 225 hombres y 124 mujeres que se atienden en la Comunidad, 42 mujeres y 52 hombres son de León. En las residencias, las mujeres tienen entre 50 y 60 años y proceden de zonas rurales y de otros alojamientos y hospitales psiquiátricos de larga estancia. Suelen tener familiares y se visibilizó un alto porcentaje de mujeres divorciadas y con hijos e hijas. En las viviendas predominan las mujeres mayores de 40 años con problemas de salud, necesidades significativas de apoyo y escasos recursos económicos.
En Castilla y León, registraron un 79% de cuidadoras en el ámbito de la salud mental sobre el 21% de hombres dedicados a estas tareas. En la provincia de León, el estudio de la Federación de Salud Mental de Castilla y León registró 266 mujeres y 134 hombres que se ocupan de las personas con discapacidad, lo que supone una proporción de algo más 33% de hombres y 66% de mujeres.
Destacan las mujeres cuidadoras de personas con trastornos mentales de larga duración que requieren apoyos significativos. Madres y hermanas mayores de 50 años con trabajo remunerado en el caso de las menores de 65 años y que conviven en el mismo domicilio de la persona cuidada.
Estas mujeres cuidadoras perciben graves dificultades de la convivencia y manejo y tienen problemas añadidos de salud y vida personal que relacionan directamente con las cargas de dicho apoyo y cuidado.