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Jóvenes con coraje para vivir su vida

Jóvenes leoneses ven en el emprendimiento un avía de escape del paro y la precariedad laboral y crean su propia empresa relacionada con el sector en el que están especializados. Según los datos de la Asociación de Jóvenes Empresarios de León, hay 130 leoneses inscritos en ella como emprendedores que tienen su propia empresa. Cerca del 40% son menores de 35 años

Sara Santos, una joven emprendedora que montó una agencia de márketing digital en León. JESÚS F. SALVADORES

Publicado por
Lorena Peña
León

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Los tiempos han cambiado y la generación de jóvenes empleados a los 16 años en el sector de la construcción o en los negocios de sus allegados ya no existen. También cambia el panorama de aquellos que finalizaban sus estudios superiores y encontraban un empleo relacionado con su área de formación. Solo hace falta mirar alrededor, escuchar a los jóvenes y observar su situación para entrar en contacto con la nueva era, esa en la que el trabajo se hace de rogar y la estabilidad económica no acaba de llegar.

En esta tesitura, los jóvenes emigran a otros países en busca de un trabajo relacionado con su formación y unas condiciones laborales mejores que las que se les ofrecen en España.Otros no pueden optar a emigrar y deben conformarse con lo que las empresas de la península les ofrece, que no siempre es el trabajo deseado o aquel para el cual están preparados. También hay quienes bailan de beca en beca tratando de hacerse un hueco dentro de su sector, pero esto no siempre obtiene sus frutos.

Comunidad

Solo el 17% de los jóvenes de Castilla y León lograron vivir por cuenta propia en el ejercicio del pasado año

Ante la frustración de no encontrar un trabajo fijo con unas condiciones laborales y salariales acordes con el empleo desempeñado y en su ciudad de origen, algunos jóvenes deciden apostar por el empredimiento. La Asociación de Jóvenes Empresarios de León (AJE) cuenta actualmente con 130 personas asociadas que decidieron ser valientes y apostar por su propio negocio. De ellos, aproximadamente el 40% corresponden a menores de 35 años.

Este es el caso de Sara Santos, una joven de 27 años que hace cuatro años constituyó su propia empresa. Se trata de una agencia de márketing digital, Miss Ampel, en la que ella misma coordina y gestiona redes sociales, diseño web, tiendas en línea, e imparte formaciones para empresas o particulares que quieran conocer este submundo del márketing.

Santos define su agencia como «una vía para ayudar a las empresas a que sean más visibles a través de internet» ya que a ojos del consumidor es necesario darse a conocer en el mundo digital para ampliar y fidelizar la red de clientes.

La idea de esta joven surgió a raíz de sentir que podía dar más de sí misma, pero que las limitaciones de una empresa no le dejaban crecer. Casi como un sueño y sobre todo con mucho esfuerzo pudo hacer realidad su propia empresa. La joven cuenta que el apoyo familiar y su entorno personal fue crucial, principalmente en los momentos en los que se cuestionaba si realmente sería capaz de llevar a cabo lo que se propuso. «Para iniciar la agencia no necesitaba más que un ordenador, una mesa y una silla, no necesito una gran infraestructura en la cual mis padres tuvieran que colaborar económicamente». Santos decidió quedarse en León para, en un futuro, poder dar trabajo a los jóvenes de León «es una pena que tengan que irse, hay que arriesgar.

Prácticas

Santos ofrece su empresa a todos los jóvenes de la Universidad de León que quieran aprender con ella

No es fácil, hay que conocerse mucho a uno mismo y saber cuáles son tus límites», explica. Sin ir más lejos, ella abre «su empresa al servicio de todos los que quieran participar en ella» y colabora como empresa de acogida para jóvenes becarios de la Universidad de León (ULe). Durante estos años ya trabajó con tres alumnas del grado de márketing de la universidad leonesa. Además, genera trabajo para otros sectores. Los servicios demandados por el cliente que no entran dentro de sus competencias o que por la carga de trabajo no puede realizar, colabora con otros profesionales leoneses para «que entre todos nos hagamos más fuertes y se puedan hacer cosas más grandes», dice la joven empresaria.

Fue una de las pocas afortunadas que consiguió un trabajo dentro de su ámbito cuando aun no había finalizado la carrera, pero relata que como defensora de la innovación y en sus condiciones «lo mejor para ser feliz y tener un equilibrio era emprender» y qué mejor que un área que conocía, que le exigía estar a la vanguardia y «poner lo que se me da bien al servicio de los demás a la vez que potencio sus negocios», cuenta.

Tanto ella como Loida Retamero, la dueña del Bar San Isidro en el municipio de Quintana de Raneros, logran mantener sus proyectos a flote en una época en la que los pequeños negocios se ven a la deriva.

Retamero, de 30 años, se encontró en la necesidad de montar un negocio para poder crecer profesionalmente y asegurarse una estabilidad. El esfuerzo, la constancia, el apoyo familiar y un poco de dinero que había logrado ahorrar de sus empleos anteriores también fueron el denominador común junto con otros jóvenes emprendedores que pelean por salir adelante.

Loida Retamero, dueña del bar San Isidro y Nuria Olmedo, su madre y colaboradora en el local. RAMIRO

«Llega un momento en la vida que todos queremos avanzar un poco más, la idea no fue premeditada pero el apoyo de mis padres para emprender ante la situación laboral que se postra ante nosotros me hizo estar segura de mi misma y luchar por ello. Emprender es una salida», dice la joven.

El establecimiento es un lugar familiar en el que todos cooperan por el buen funcionamiento del mismo. Retamero afirma que para ella, el bar, es «casa». Ese mismo ambiente se le transmite a los clientes quienes aseguran que el bar tiene mucha actividad ya que incluso realizan monólogos. Dentro de los asiduos a la hora del café, se encuentra un grupo de usuarios de la Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual, Asprona, quienes se unen a las charlas matutinas de las personas que allí se encuentran. «Sin duda, todos los que pasamos tiempo en el bar conocemos a los usuarios de Asprona, charlamos con ellos, toman el café, juegan a las cartas,... cada uno de ellos es como uno más del pueblo», asegura. Además, «allí no existe peligro, una de las terrazas está cercada por lo que los niños y las niñas pueden corretear y jugar por allí sin ningún riesgo», añade.

Consejo

Retamero y Olmedo destacan el concepto de innovación y sacrificio para que la idea de sus frutos

Retamero y su madre, que colabora en el establecimiento, Nuria Olmedo, aconsejan estar a la vanguardia en todo momento e innovar para que una idea emprendedora funcione. Olmedo cuenta que «dado que toda la comida que ofrecemos es hecha por nosotras, tengo la posibilidad de hacer combinaciones ‘extrañas’ de ingredientes para que la gente venga a probar algo distinto y, realmente funciona».

Por su parte Retamero, decidió celebrar «un monólogo semanal en el bar con entrada gratuita para amenizar las cenas de los comensales durante los meses fríos y una fiesta para despedir el verano que este año será el 21 de septiembre».