CLUB DE PRENSA | DIARIO DE LEÓN
«La inmigración es una palanca contra la despoblación»
Entrevista con Pedro Puente, presidente de la Fundación Secretariado Gitano y de ACCEM
DÓNDE : Club de Prensa del Diario de León / Calle Gran Vía de San Marcos, 8 (entrada por la calle Fajeros)
CUÁNDO: Hoy a las 20.00 horas
AGENDA DEL DÍA: Conferencia-coloquio de Pedro Puente sobre lla inmigración
La labor pastoral con migrantes, refugiados mundo del mar ‘Estela Maris’, ferias y circos, carreteras, capillas de los aeropuertos y la pastoral con los gitanos fueron el germen para crear la Fundación Secretariado y Accem hace más de un cuarto de siglo desde la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española. A su frente se encontraba el leonés Pedro Puente, que había empezado a trabajar con la etnia gitana en el barrio de Las Ventas de León en los años 60. Hoy es presidente estatal de ambas entidades a las que presenta esta tarde a partir de las 20.00 horas en el Club de Prensa del Diario de León dentro de las segundas jornadas de Divulgación Social.
—¿Por qué es necesaria la labor de ambas a día de hoy?
—Aunque vivimos en pleno siglo XXI hay derechos civiles que aún no disfrutan gran parte de las personas de estos colectivos. El derecho a la vivienda, por ejemplo, aún no se encuentra totalmente universalizado y sigue habiendo una gran carencia de vivienda social accesible a los más desfavorecidos. Tanto el gobierno central como las autonomías deberían comprometerse más en este campo y poner a disposición de quién así lo necesita, más vivienda pública. De forma regulada para que la vivienda no sea objeto de especulación. Otro derecho del que no debemos olvidarnos por la trascendencia que tiene en el avance social de cualquier colectivo, es el acceso a la educación y a la universidad. Desde la Fundación Secretariado Gitano llevamos ya muchos años trabajando programas de seguimiento educativo para conseguir que todos los niños estén escolarizados y sean capaces de finalizar la educación obligatoria, proporcionándoles becas y apoyo escolar a través del programa Promociona.
—Como entidad de acogida, ¿cómo valora que haya partidos políticos y población que rechazan la ayuda humanitaria a las personas que se lanzan al Mediterráneo para llegar a Europa?
—He dedicado mi vida al trabajo con los refugiados e inmigrantes no puedo entender que pueda haber alguien que no se preocupe por la situación de sus iguales, personas como ellos, y menos que ese alguien tenga responsabilidades políticas o de gobierno. Pedimos que se respeten los derechos los derechos humanos, que se cumplan las directivas europeas y se apliquen: que el compromiso sea de todos los países, que se luche contra las mafias y lo refugiados dispongan de vías seguras que no pongan en peligro sus vidas.
—¿Deberían los Gobiernos europeos liderar ese rescate que realizan barcos como el Open Arms?
—Los Gobiernos son responsables de liderar el rescate de los barcos que se encuentran a la deriva abarrotados de personas que por la situación política de sus países de origen, se ven obligadas a huir de los mismos para salvaguardar su propia vida. Pero no sólo eso, sino que tendrían que trabajar a nivel internacional para evitarlo. Migraciones ha habido siempre, pero se realizaban de una forma más ordenada. En la década de los sesenta, multitud de españoles emigraron a Europa, pero viajaban desde España con contrato de trabajo, para cubrir aquellos puestos en los que había falta de mano obra como ya antes se había hecho rumbo a Latinoamérica. ¿Por qué no se hace ahora lo mismo? Acuerdos entre países que regulen los movimientos de trabajadores hacia aquellas áreas que son deficitarias de personal: servicio doméstico, agricultura, mano de obra no especializada… Sectores que el trabajador europeo no opta por estar cualificado a niveles superiores, de hecho, los españoles también son migrantes dado que 3 de cada 10 titulados españoles, dejan nuestro país en busca de un futuro mejor. ¿No interesaría regular de este modo la mano de obra?
—¿La inmigración podría ser una palanca contra la despoblación en provincias como León?
—Sin lugar a duda y de hecho ya hay muchos migrantes desempeñando puestos que los españoles no ocupan.
—¿Cuáles son los problemas que afronta una persona que llega a León como solicitante de asilo?
—El principal, como nos ocurre a todos cuando salimos a un país extranjero, es el desconocimiento del idioma y la imposibilidad de hacerse entender, de expresar las necesidades básicas que presentan. Y por supuesto, el hecho que de la gran mayoría carecen de la documentación necesaria para su identificación e inclusión en los programas de ayudas existentes, la dificultad para la tramitación de la tarjeta sanitaria, la tardanza en conseguir la cita para pedir asilo. En un momento posterior, cuando son autónomos, dificultades para alquilar la vivienda. Es difícil el acceso a la formación ocupacional cuando no cuentan con documentos de su país, como los títulos que les piden para poder optar a algunos cursos.
—¿Qué ventajas ofrece una ciudad pequeña para la integración?
—Normalmente, una ciudad pequeña como León facilita la acogida y la integración de las personas que atendemos. La seguridad de la ciudad, la tranquilidad, las distancias cortas, la acogida y el apoyo que tienen en los Centros Educativos es muy valorada por las familias. Son ciudades más accesibles, que favorecen la creación de redes sociales, en definitiva, más humanas.
— ¿Qué estereotipos hay que combatir del fenómeno de la inmigración?
—La condición humana siempre ha tenido miedo a lo desconocido, por eso, se tiene la creencia de que los migrantes nos están invadiendo, que vienen a quitarnos lo que por derecho nos corresponde, lo que es nuestro. Que nos quitan el trabajo, están enfermos, abusan de los recursos públicos, son delincuentes, se les da más ayudas sociales que a la población española... Y es este miedo, este desconocimiento lo que nos impide ver más allá y descubrir lo mucho que aportan a nuestra sociedad. Caminado por la calle te cruzas constantemente con ancianos acompañados y atendidos por un migrante, en la hostelería, en el peonaje, es los más variados servicios… Hoy en día sin los migrantes, Europa, España e incluso nuestro entorno más cercano, el propio León, sufrirían una profunda crisis. Es por eso que este flujo de personas no hay que combatirlo sino ordenarlo mediante una regulación orientada hacia las personas y sin dejarse influir por intereses económicos perniciosos.
—¿Cómo ha cambiado la vida del pueblo gitano desde que empezó a trabajar en el barrio de Las Ventas hace más de 50 años?
—La comunidad gitana ha experimentado un profundo cambio que la sociedad mayoritaria a veces no es capaz de apreciar dado que sigue viéndola a través de unos estereotipos negativos muy marcados y difíciles de cambiar. Como en cualquier ámbito de nuestra vida, una imagen negativa prevalece sobre la positiva, la mayoría de los gitanos que han ido integrándose en la sociedad pasa desapercibido como un ciudadano más y muchas veces oyes comentarios en tono extrañado: ¿pero tú eres gitano o gitana? Pues no lo parece ¿A qué tenía que parecerse? ¿Alguien sucio y harapiento? ¿Con bigotes y patillas largas? ¿Con vestidos hasta el suelo? ¿Por no presentar esta apariencia se deja de pertenecer a la comunidad gitana?
—¿La integración significa aculturización de las minorías étnicas? ¿Qué debemos aprender de la etnia gitana?
—La integración para mí no significa aculturación, significa convivencia y respeto al otro y a su cultura y formas de ver la vida. Sin molestarnos unos a otros. Debemos aprender que la familia es lo primero. Que vivir la alegría de cada día es fundamental, más que atesorar y atesorar sin disfrutar del aquí y ahora con los míos.
—¿De qué logros siente más satisfacción en esta trayectoria tan larga e intensa? ¿Qué le han enseñado a usted?
—Que se esté progresando en la formación, que se vaya incorporando a las Universidad a la formación profesional. Que desaparezcan las chabolas y los barrios segregados. Me han enseñado que hay que vivir día a día con intensidad y alegría haciendo familia.