Guiado por las estrellas
Gordonzello, con casi un cuarto de siglo a sus espaldas, es uno de los emblemas de la DO León. Ubicada en Gordoncillo, marca el paso, desde el extremo sur de la provincia, en una denominación de origen cada más pujante y asentada entre el público.
Una estrella guía desde hace casi un año a la bodega. Es la nueva imagen de la casa para su gama de vinos ‘Peregrino’, haciendo un guiño de conceptos con la estrella seguían los peregrinos en sus grandes rutas que atraviesan la provincia leonesa: el Camino de Santiago y la Vía de la Plata.
La Bodega Gordonzello, que cumple sus bodas de plata el próximo año, es hoy líder de ventas de la DO León. Toda una referencia sin paliativos. Dispone de unas modernas instalaciones, en proceso de mejora y ampliación, que le permiten dotar a sus vinos de una calidad fuera de toda duda como lo pone de manifiesto que sean exportados a cuatro continentes. Los Peregrino, La Costana, el Gurdos... alegran paladares por todo el mundo.
Sus viñedos propios están divididos en ocho parcelas situadas en la localidad de Gordoncillo, junto a las aguas del Cea, donde las uvas Prieto Picudo y Albarín alcanzan su máxima expresión. Sin olvidarse de otras variedades como el Tempranillo, la Mencía o el Verdejo, también admitidas en la DO León. Mención especial merecen sus 6 hectáreas de Albarín, una variedad autóctona para la elaboración de vinos blancos de la que sólo existen 80 hectáreas en todo el mundo, la mayoría en la provincia de León.
Además, la bodega cuenta frente a sus instalaciones con 115 variedades de uva de todo el mundo en su Museo de las Variedades.
LA bandera de la casa es la línea Peregrino, en todas sus variedades de blancos, rosados y tintos. Aunque también dispone algunos vinos muy exclusivos como el Gurdos o La Costana, auténtica delicia para los paladares más exigentes.
Hoy no se puede hablar de la DO León sin mencionar a Gordonzello, tanto por la calidad de sus elaboraciones como por su más moderna tecnología, así como por su apuesta decidida por el enoturismo. Y es que la bodega abre sus puertas a quien quiera conocerla y ver sobre el terreno cuál es el proceso de elaboración de sus vinos. A diario organiza visita guiadas.
Decenas de premios conseguidos en los más prestigiosos concursos del mundo jalonan su currículum y dan fe de una trayectoria intachable y una calidad certificada por expertos y consumidores.
La apuesta por la tecnología y las técnicas más avanzadas vienen a sumarse en la casa a su apego a la tierra, a la tradición de una forma de elaborar vino en el sur de la provincia, a sacar lo mejor de los racimos prietos y enjutos el néctar mágico que, como se hizo de generación en generación, da como resultado vinos excelentes. Las uvas Prieto Picudo y la Albarín aquí tienen trato de reinas.