De la laparoscópica a la robótica
El sistema quirúrgico Da Vinci emerge a finales de los años 90 como una innovadora técnica que pretende ofrecer soluciones potenciales a las limitaciones de la cirugía laparoscópica. Pero la gran revolución de las dos últimas décadas en nuestra especialidad de Cirugía del Aparato Digestivo se denomina cirugía laparoscópica, es decir, operar dentro del abdomen con instrumental largo introducido por pequeñas incisiones de menos de 1 cm y mirando a una pantalla.
Esta forma de operar que ha ido desplazando poco a poco a muchas cirugías que antes se realizaban abriendo el abdomen o el tórax y que se ha denominado también cirugía mínimamente invasiva, ha demostrado importantes ventajas en la recuperación del paciente y en sus secuelas.
En nuestra Unidad de Cirugía Esófago-gástrica se realiza cirugía laparoscópica desde hace más de 25 años y el DaVinci significa una nueva aportación en nuestro empeño constante por realizar nuestras intervenciones con una mayor efectividad y una menor agresividad.
Los instrumentos laparoscópicos y toracoscópicos tradicionales son rígidos, no articulados, y la visión se realiza a través de un monitor de TV bidimensional, aunque actualmente ya existen equipos 3D. Sin embargo, la cirugía robótica ofrece una visión tridimensional aumentada y a los brazos robóticos se aplican instrumentos que se articulan imitando la muñeca del cirujano y facilitando la labor de disección y sutura.
Esta destreza y visualización mejoradas pueden conducir a una menor manipulación de los tejidos, lo que permitirá al cirujano realizar operaciones complejas que históricamente solo podían realizarse mediante abordajes abiertos.
La cirugía robótica resulta especialmente útil para procedimientos limitados a un solo cuadrante del abdomen y de difícil acceso, especialmente si requieren disección fina o suturas difíciles, por lo cual son ideales para el ámbito quirúrgico de la patología esófago-gástrica.
Una de las principales ventajas de la cirugía robótica es que permite mayor precisión en los movimientos mediante la utilización de instrumentos articulados y una mayor ergonomía de los mismos que redunda en una mayor facilidad para realizar suturas en localizaciones difíciles para otro tipo de instrumentos utilizados en cirugía convencional. Al tratarse de una cirugía mínimamente invasiva, como la cirugía laparoscópica, debería reducir el tiempo de convalecencia, con mejores resultados funcionales, y menor pérdida sanguínea, aunque existen aún pocos estudios que avalen sus ventajas frente a la cirugía laparoscópica.
No todo son ventajas, también la cirugía robótica tiene desventajas: el cirujano, que opera desde la consola a través de los brazos del robot, tiene una menor sensación táctil del tejido y en ocasiones sus movimientos pueden verse limitados y precisar recolocaciones del aparataje que condicionan un mayor tiempo quirúrgico.
José María Canga Presa
Cirujano del Hospital de León