Cerrar

Educación

Período de adaptación, ¿para padres o hijos?

Una madre lleva a sus hijos al colegi. KAI FORSTERLING

Publicado por
PILAR DÍEZ VEIGA
León

Creado:

Actualizado:

A Berta, como le ocurre a la mayoría de madres y padres, le ha llegado la hora de enfrentarse por primera vez al momento de llevar a su hija a la escuela, una experiencia que implica importantes cambios en la rutina de una familia, más aún desde que se ha puesto en boga el denominado periodo de adaptación.

Pero, ¿quién necesita más de ese proceso adaptativo?

¿Los hijos que van a vivir por unas horas la separación de su entorno familiar y compartirán un aula con compañeros y profesores? o los padres, que temen que su hijo sufra con este cambio de vida y, además, hacen malabarismos en su trabajo para compaginar horarios.

«El proceso de adaptación es un período por el que ambos tienen que pasar», lo único que cambia es que «los padres pueden racionalizarlo y los niños cuanto más pequeños menos entienden este cambio», explica a Efe la psicóloga educativa y vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Amaya Prado.

Considera que es «conveniente» que los pequeños se «relacionen con otros iguales, que aprendan a compartir la atención, los juegos y a ser autónomos e independientes poco a poco de sus cuidadores habituales».

Aconseja que, siempre que se pueda, «el período de adaptación se haga de manera paulatina, incluso ir a la escuela antes, ver las aulas y conocer a los profesores».

Berta ha tomado la decisión «meditada» de llevar a la escuela infantil a su hija Sofía, de 2 años, a pesar de contar con «la ayuda incondicional de la abuela materna».

«Hemos decidido que viva esta experiencia como paso previo al colegio», destaca esta madre que confiesa la inquietud que le ha provocado este momento. Ha optado por una escuela municipal cercana a su casa (en los centros públicos es más usual el periodo de adaptación) y durante la semana pasada ha vivido, junto a su niña, el famoso periodo de adaptación..

Por ejemplo, Sofía el martes estuvo en clase una hora jugando mientras su madre permanecía en el aula y el miércoles una hora y media, incluido un rato que ya su mami salió fuera.