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PREOCUPACIÓN Y CONCIENCIA

La calle suena por el clima más que el aula

Las voces de la huelga por el clima se oyeron más en la calle que en las aulas. Ningún alumno de la provincia comunicó su asistencia a la huelga, aunque faltaron 320. Por la noche, a la manifestación, fueron 3.000 personas de todos los colectivos. 

León

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En la calle sí. Más de 3.000 personas, según datos de la Policía Nacional, gritaron consignas a favor del planeta en una manifestación que recorrió anoche el centro de León. Niños, niñas, pensionistas, plataforma por la sanidad pública, colectivos feministas, sindicales, juveniles... impusieron en la calle lo que no fue posible en las aulas, que fueron «poco participativas», en opinión de Teo Castro y María Crespo, dos de los integrantes del colectivo Fridays For Future encargado de las movilizaciones en León. Los datos oficiales de la Junta de Castilla y León confirman esta «pasividad» —según los convocantes— en los centros educativos. Ningún estudiante comunicó su no asistencia a clase por la huelga, aunque hubo 320 ausencias. el 0,64% del total. «En teoría es una convocatoria de estudiantes, pero hay pocos estudiantes también en la manifestación. No están convencidos y la voz no ha llegado a los institutos». No todas las asociaciones de estudiantes se sumaron a la convocatoria en León.

El movimiento espera crecer en León con la utilización de las redes sociales. Se les puede localizar en instagram como FFF.juventudxelclima_leon.

Pero la semilla ya está sembrada. Según David Acebes, de la Coordinadora Rebelión 2020, los niños y niñas de León ya participan en actividades en las aulas impulsadas por las Familias por el Clima, una concienciación transversal con actividades y talleres. Antes de esta manifestación, los organizadores ya han proyectado documentales en Vilecha, Cacabelos, Ciñera, Valdefresno.

Pensionistas con la tierra, Plataforma de la sanidad pública, colegios, gaitas, y visibilización de los asesinatos de mujeres indígenas. La manifestación se nutrió ayer de apoyos transversales y con un mismo objetivo, la defensa del clima y del planeta.

Los más pequeños repartían octavillas con mensajes claros en contra del consumo excesivo, a favor del reciclaje, reducción de basura, uso sostenible del agua, cuidado de las plantas y reducción del consumo de carne.

Al final de la manifestación, los convocantes leyeron un manifiesto «en defensa del futuro, de un planeta vivo y de un mundo justo» para conseguir dar «un giro de 180 grados en las políticas comerciales internacionales, acabando con la firma de tratados de comercio e inversión que ahondan la problemática del aumento de gases de efecto invernadero». Una protesta para visibilizar «que las regiones más vulnerables pagarán una factura demasiado cara». En el acto final de la manifestación también se leyeron poemas como el que escribió hace 40 años Juan Fernández, un jubilado de la metalurgia. «Lo escribí en una tierra maldita y sigue estando vigente».