Diario de León
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La cada vez más grave crisis financiera y social que se despliega en la provincia argentina de Chubut —donde la semana pasada murieron dos docentes al regresar de una protesta por el impago de sus salarios— agita el fantasma de lo que puede venir en breve en el conjunto del país si se sigue acelerando el paso firme hacia el precipicio. A poco más de un mes para las elecciones que prevén un triunfo contundente de la oposición a Mauricio Macri, todas las variables económicas y sociales del país preocupan a propios y extraños.

Los analistas ya señalaban en 2018 que Chubut, pese a ser la provincia que aloja el 45% de las reservas comprobadas de petróleo del país, era la ‘zona cero’ del temblor financiero que sacudió Argentina el año pasado y sigue emitiendo réplicas en cada puesta a prueba. El último estremecimiento ocurrió el 12 de agosto, tras las primarias en las que el opositor Alberto Fernández se impuso a Macri por el 49,4% frente al 32,9% de los votos.

Por eso la agudización de la crisis en Chubut se observa como un escenario probable para Argentina. Sin clases desde hace cinco semanas por salarios adeudados y recortes de gastos, los profesores están en estado de protesta. Una violenta represión derivó en una huelga nacional de la educación. Y en ese contexto se produjo el accidente fatal, con la muerte de dos maestras cuando volcó el vehículo que las trasladaba de la protesta. De nuevo los gremios llamaron al paro.

El Gobierno provincial y el nacional se pasan la responsabilidad por la falta de fondos para pagar a maestros, médicos o jubilados de la provincia más endeudada (per cápita) del país que no puede afrontar los gastos corrientes. Como viene ocurriendo en todo el país, en Chubut hizo crisis la ilusión de un futuro económico floreciente que permitiría cumplir con compromisos tomados en moneda extranjera. Si hay un cese de pagos en el horizonte argentino, la primera señal vendría de este territorio sureño donde enardecidos activistas incendiaron esta semana el edificio de la Legislatura.

Devaluación e inflación

Desde las primarias, Macri debió enfrentar una nueva devaluación con fuerte impacto en la inflación y pérdida de poder de compra de salarios y pensiones. El golpe cayó sobre una economía en recesión que cerrará el año con una desaceleración del 2,7%. Aumentaron la pobreza, la indigencia y el paro. La semana pasada, el Congreso sancionó una ley de emergencia alimentaria para aumentar la asistencia a los más vulnerables. Las empresas de servicios de luz y gas informan de que crece el número de cortes entre las clases medias.

Las autoridades económicas van y vienen con medidas contrarias a su ideario centroderechista. Bajaron impuestos al consumo y congelaron por 90 días el precio de los combustibles hasta noviembre. Pero esta semana volvieron a autorizar una subida. El mismo Gobierno que se jactaba de su capacidad para eliminar regulaciones debió aplicar un límite a la dolarización de capitales y según Moody’s puede ser necesaria una restricción aún mayor. El Banco Central también se desdijo esta semana de su compromiso de no emitir moneda para combatir la inflación. Con esas medidas heterodoxas se procura hacer frente a la sangría de reservas y a la salida de depósitos en dólares de los bancos.

En 2018, Argentina se había quedado sin financiación privada y, sin consultar al Parlamento, acudió al FMI, que le otorgó un préstamo de 51.700 millones de euros. Ya le transfirió 40.000 millones. Está pendiente un desembolso de 4.900 millones este año pero el organismo demoraría la entrega hasta después de las elecciones del 27 de octubre, cuando se defina a quién le dará el dinero y cómo se comprometerá a devolverlo.

Las encuestas anticipan que la ventaja de Fernández aumentará. Pero Macri sigue confiado en revertir el resultado y convocó a sus seguidores a realizar 30 marchas en 30 ciudades para mostrar que «sí, se puede».

El ministro de Hacienda argentino, Hernán Lacunza, afirmó esta semana que se lograron «avances» en la reunión de este martes con representantes del Fondo Monetario Internacional (MI) para desbloquear un millonario crédito pendiente de desembolso por parte de ese organismo.

Conversaciones

«Hubo un avance en una serie de conversaciones que tenemos con el Fondo», dijo el ministro en declaraciones a periodistas al término de la reunión, que se celebró en Nueva York.

En el encuentro participaron el director interino del FMI, David Lipton, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, Alejandro Werner, y en una parte de la reunión se sumó el presidente argentino, Mauricio Macri.

En medio de la crisis que comenzó en abril de 2018, Argentina firmó el año pasado un acuerdo con el FMI para una ayuda financiera por un total de 56.300 millones de dólares.

Desde entonces, la entidad ha girado un total de 44.867 millones de dólares y el próximo tramo de ayuda, por 5.400 millones, iba a ser desembolsado, según lo previsto originalmente, a mediados de septiembre.

Pero tras el revés electoral sufrido por Macri, quien aspira a la reelección, en las primarias del 11 de agosto y las graves turbulencias financieras desencadenadas tras ese resultado hicieron que el FMI demorara el envío de sus técnicos para auditar las cuentas de Argentina y decidir si aprueba o no el nuevo desembolso.

Lacunza insistió este martes en que Argentina ha «cumplido con todas las metas monetarias y fiscales» requeridas para acceder a ese nuevo tramo de crédito.

«Fue una buena reunión con David Lipton y con Alejandro Werner. Pasó el presidente (Macri) al final de la reunión, los últimos diez minutos, para manifestarles la posición argentina. Argentina cumplió con todos los compromisos en materia monetaria y fiscal, tanto cuantitativos como cualitativos», afirmó.

El ministro señaló que acordaron con los representantes del Fondo en octubre, cuando una misión técnica argentina viaje a Washington el día 14, dos semanas antes de las elecciones presidenciales en el país suramericano, que se celebrarán el 27 de octubre.

«Vamos a seguir trabajando la semana del lunes 14 de octubre en Washington, que va a ir una misión técnica de Argentina para continuar trabajando con el Fondo», indicó.

En agosto pasado, en medio del agravamiento de la crisis, Lacunza anunció la intención del Gobierno de Macri de iniciar un diálogo con el Fondo con vistas a negociar nuevos plazos de devolución de los créditos otorgados por el organismo.

Por su parte, el peronista Alberto Fernández, favorito para las presidenciales de octubre, se ha mostrado crítico de las políticas de ajuste impuestas por el FMI, al que responsabiliza, junto con el Gobierno de Macri, por la crisis que vive Argentina

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