Citroën. Cómodamente… sentados
JAVIER FERNÁNDEZ
Nexo de unión… entre las personas y el vehículo. Habitualmente, ‘sólo’ la tapicería o la calidad de acabado resultan ser las referencias a los asientos de un automóvil.
Sin embargo, su papel en la confortabilidad de un automóvil va mucho más allá: son los encargados de ‘acoger’ el cuerpo y de asegurar la comodidad de los ocupantes del coche.
En sus cien años de historia el ‘chevron’ ha tenido muy en cuenta la importancia de este elemento al diseñar un vehículo, anticipándose incluso a ‘modos y modas’, poniendo el acento en su modularidad y polivalencia, sin perder de vista el confort o la exigencia de hacer que tanto el conductor como sus acompañantes… se sientan ‘como en casa’.
Orígenes… de habitabilidad. Desde sus inicios, la marca ha explorado configuraciones del habitáculo que permitiesen aprovechar al máximo el espacio: el C2 de 3 plazas (1924) montaba el asiento trasero en el centro del coche, en lugar de un ‘escorado’ asiento plegable, lo que permitía habilitar dos maleteros a ambos lados del vehículo.
Una preocupación que llevo a los asientos a ‘protagonizar’, en 1931, la portada del catálogo de lanzamiento del Citroën C6 Grand Luxe: un cuidado interior y la incorporación de las últimas innovaciones de confort global y comportamiento en carretera, como el motor flotante. Un año después, el C4 G, un elegante biplaza descapotable, se lanzaba con un asiento situado en la parte trasera, que quedaba fuera del alcance de la capota —el ‘ahí te pudras’… ya saben—. A renglón seguido, en 1934, una de las muchas novedades del Traction Avant —‘El Pato’… en España— se centraba en el nuevo diseño del armazón de los asientos y sus cojines.
Las ‘hamacas’… del 2CV. Los asientos, la tracción delantera y unas suspensiones que permitían pasar por un campo recién arado sin que se rompiese ninguno de los huevos que se ‘alojaban’ en una cesta, fueron la clave del desarrollo de todo un icono: 2CV, aquella histórica ‘Cirila’ que ha acabado por convertirse en todo un alarde de fiabilidad e, indirectamente, confort.
Así, la comodidad fue una de las características de un modelo con marcada vocación ‘espartana’. En los años 60, una campaña publicitaria presentaba a una abuela tricotando en el interior del coche… sentada en una mecedora —‘como en casa’—. Además, el 2CV introducía una primicia: los asientos tipo hamaca, no sólo muy cómodos, sino también totalmente extraíbles y que podían utilizarse como ‘butacas’ fuera del coche… en las excursiones campestres; todo un ejemplo de modularidad, muchas décadas antes de que se empezase a hablar de ‘ello’ en le mundo del automóvil.
El lanzamiento de la suspensión hidronemática en el Traction 15 Six (el 6 cilindros de 1954) supuso un salto de varias décadas en aspectos como el confort y el comportamiento rutero. Una revolción en la unión al suelo del coche que tuvo también su reflejo en un habitáculo capaz de ‘crear’ un acogedor espacio, con una cálida y suave tapicería de terciopelo en unos asientos de lo más confortables.
A partir de mediados del siglo XX, Citroën experimentó con una gran variedad de configuración interior: GS, CX, SM y BX, con la creación de asientos ultraconfortables, que ofrecían amortiguación suave y apoyo para el muslo y las piernas, además de un relleno lumbar.
El fabricante guarneció estos modelos con su tela especial ‘Jersey’, proporcionando un mayor confort y ofreciendo nuevos materiales para el gran público; unos asientos tan cómodos… como parecían.
Con un generoso espacio para las piernas de los pasajeros de las plazas traseras, el CX Prestige fue el primer ‘chevron’ en equipar asientos traseros tipo ‘salón’, inspirados en los de los ‘jets’ privados, junto a reposapiés elevados para un máximo confort. Mientras, el SM montaba asientos de cuero reclinables para ‘mimar’ y ‘sujetar’ a los ocupantes en todo tipo de trayectos.
Incluso llegaron a experimentarse nuevas formas de diseño y producción como los asientos ‘monolíticos’, un proyecto conjunto de Citroën, el proveedor François Treves y el diseñador Joanno, cuya influencia ha llegado hasta nuestros días.
En 1986, el concept Eole presentaba los asientos basculantes ‘Cantilever’, fijados lateralmente a la consola central, sin contacto alguno con el suelo del vehículo, de forma que se liberaba un gran espacio para las piernas.
Protagonismo… modularidad. Con la llegada del ZX, ‘Ella’ —la modularidad—, firmó el papel de protagonista en la década de los 90: banqueta trasera abatible, aumentando al máximo las posibilidades del maletero y convirtiéndose, desde entonces, en un ‘must’ para todo tipo de vehículos.
Tres años después, el Evasión incorporaba el reglaje longitudinal de los asientos y, ya casi en el XXI, el Xsara Picasso ofrecía asientos fácilmente desmontables y con mayores posibilidades de configuración; tendencia que también se manifestaría en diversos ‘concept-car’, como el C3 Lumiére, que montaba asientos que podían pivotar 90º y ‘moverse’ por todo el habitáculo gracias a sus cuatro raíles equidistantes, convirtiendo el interior del coche en una auténtica ‘sala de estar’.
Tampoco Citroën perdió de vista el confort con el C6 Lignage (asientos individuales con múltiples reglajes) o el C6 producido entre 2006 y 2012, cuyas plazas traseras equipaban asientos ‘primera clase’, reclinables eléctricamente.
Y no quedaba ‘ahí la cosa’… En 2008, el concept Hypnos contaba con cuatro asientos compuestos por numerosas células prismáticas, dispuestos de forma helicoidal, que podían hincharse o deshincharse a voluntad para ofrecer un masaje lumbar y dorsal; en 2014, con el C4 Cactus, un ‘Made in Spain’ que inauguraba una nueva era en Citroën, se introdujo el asiento ‘sofá’, una moderna adaptación de los ‘bancos’ delanteros de los modelos clásicos.
Ahora, ‘casi’ un siglo después, los asientos ‘Advanced Comfort’ adaptan todas las ‘históricas’ ventajas del fabricante, que también estudia soluciones de productos ajenos al mundo del automóvil, auténticos ‘colchones’ donde la ‘memoria de forma’ constituye lo máximo en confort: diferentes capas de materiales específicos (espuma de poliuretano, viscoelástica o texturizada) se adaptan a la morfología de los pasajeros, además de ofrecer un inédito mullido inédito en el mundo del automóvil… los nuevos C4 Cactus, y los SUV C3, C3 Aircross y C5 Aircross se benefician ahora del confort postural, de los anchos respaldos y banquetas, de las sujeciones reforzadas y de una infinidad de reglajes.